Spotify

1. ¿Hacia dónde van las redes sociales? ¿Cómo serán en el futuro? ¿Serán canales más visuales donde la imagen será

1. ¿Hacia dónde van las redes sociales? ¿Cómo serán en el futuro? ¿Serán canales más visuales donde la imagen será un elemento sine qua non?

Lo que estamos viviendo actualmente con las redes sociales es apasionante, por eso vemos cómo, año tras año, las marcas se reinventan en Internet para acercarse de manera más pertinente a los usuarios. Lo que sí parece claro es que el futuro viene marcado por un aumento exponencial de la velocidad de navegación (4G, 5G, LTE…). Por ello, los dispositivos móviles se han convertido en el centro de nuestro entretenimiento digital. Además, la usabilidad, la simplicidad, la rapidez y la autosegmentación en el acceso a los contenidos serán, sin duda, requisitos que las redes sociales del futuro deberán cumplir.

2. ¿Cómo pueden las marcas y los anunciantes aprovechar las redes sociales desde el punto de vista de la comunicación comercial? ¿Es posible medir el ROI de estas acciones, además del engagement?

A estas alturas es innegable el valor que tienen las redes sociales para las marcas. En muchos sectores, y más en el que Spotify tiene presencia, se han convertido en una herramienta prioritaria de relación directa con clientes, potenciales y públicos objetivos. Son dinamizadoras del valor que las marcas pueden proporcionar a los usuarios, ya sea a través de contenidos o experiencias.

En España, las marcas de gran consumo están siendo las primeras en adentrarse en el interesante reto de monetizar, a través de las redes sociales, su actividad en Internet. Si bien es cierto que algunos estudios apuntan que el social commerce comienza a despegar en nuestro país, la comunicación comercial para muchos sectores todavía es un campo a abordar en el futuro. Sin un modelo de cálculo que convenza cien por cien, el tráfico directo a shops online es el único indicativo real de ROI en el que nos podemos fijar hoy.

3. ¿Cuáles son los dispositivos preferidos por los usuarios para interactuar? ¿Está el móvil desplazando al ordenador?

Como comentaba antes, los dispositivos móviles se han convertido en los gadgets por excelencia, desplazando a los dispositivos de mesa o portátiles. El hecho de poder disponer, en cualquier momento y en cualquier lugar de una ventana tan grande de acceso a contenidos −aplicaciones que nos dicen el estado de las carreteras, la cartelera o saber la opinión de un restaurante antes de entrar hace que sus posibilidades y sus servicios– nos ha llevado hacia un perfil de usuario siempre conectado. Algo que con los dispositivos tradicionales no es posible. Tanto es así, que el estudio recientemente publicado de la Sociedad de la Información 2013 (Telefónica) desvelaba que en el segundo trimestre de 2013, el 51,8% de los móviles vendidos fueron teléfonos inteligentes, siendo la primera vez que estas ventas superan a las de los terminales convencionales.

Además, en nuestro caso, con Spotify, ¿quién nos iba a decir hace cinco años que podrías escuchar millones de canciones al instante mientras estás en el gimnasio por ejemplo? Es por ello que el móvil se ha convertido en la estrella de cualquier bolsillo. No hay más que ver en el metro cómo las personas gestionan correos o se distraen jugando a juegos.

4. Según los últimos datos de ComsCore, crece el número de seguidores, en general, pero baja el tiempo de permanencia y el número de páginas vistas. ¿Se agota el modelo? ¿Nos encontramos quizá, como vaticinan algunos medios, ante una burbuja financiera y social?

Las especulaciones acerca del modelo son inevitables y, han estado ahí desde sus inicios. No obstante, y en mi opinión, el modelo 2.0 está lejos de agotarse. Sí es cierto que puede que haya llegado la hora de seguir evolucionando en forma de ‘back to basics’ donde las cosas se llaman por su nombre y las tarifas bajen, debido a que el conocimiento que usuarios, marcas y medios tenemos de los medios sociales es significativamente mayor que hace tres años. No obstante, no creo que la burbuja que comenta se vaya a materializar a corto plazo, ni mucho menos.