La huella del hombre

El sector de la publicidad asume como normales cambios y revoluciones que en cualquier otro campo podrían considerarse definitivas y

El sector de la publicidad asume como normales cambios y revoluciones que en cualquier otro campo podrían considerarse definitivas y que, en el nuestro, sólo causan ligeras perturbaciones en la superficie del lago.

La lectura de noticias sobre cambios de trabajo y empresa, compras, fusiones y separaciones ocupan unos cuantos breves en la prensa especializada, algunos comentarios en los previos de comidas de trabajo y poco más.

Sin embargo, cada paso, cada cambio, cada nuevo reto profesional va conformando un panorama en el que las figuras individuales adquieren relevancia, peso y prestigio de la misma manera en la que se toman caminos contrarios para enfrentarse a quiebras, fracasos y frustraciones.

El enorme volumen de las organizaciones actuales, presentes en los más importantes mercados mundiales, hace que muchas veces nos olvidemos de la importancia que los seres humanos tienen en la conformación de las distintas culturas empresariales, en la definición de la forma de hacer por la que podemos distinguir a las distintas organizaciones, cada una con su particular sello y forma de enfrentarse a los retos comunes.

En las últimas semanas, y el lector me perdonará un acercamiento a la situación particular del que esto escribe, mi empresa vive uno de estos procesos en el que una persona, especialmente relevante, debe asumir el cambio propiciado por la corriente general de la globalización y dejar las tareas que compartía con nosotros. La ventaja de disponer de este rincón me permite rendir un pequeño homenaje de admiración al que, por demasiado poco tiempo, ha sido jefe, compañero, profesor y sobre todo, buena gente.

Adrián García se dedica a otras tareas y nos deja el ejemplo de su trabajo, su honradez y su entrega a una forma de entender el servicio a los clientes, el manejo de la información y la sinceridad en los procesos de trabajo. Él es la mejor demostración de que las organizaciones son tan grandes, tan buenas y tan eficaces como las personas que las conforman; que los equipos se multiplican si se sienten parte de un proyecto común y de que mantener el foco en lo importante suele rendir sus frutos.

Un abrazo, suerte y muchas gracias, jefe.

 (*) Juan Manuel Beltrán es director de compra en Mediacom.