2. No hay duda de que la aparición de Internet ha modificado sustancialmente la relación médico-paciente. Situaciones que hasta hace no mucho años hubiéramos considerado impensables, como que el paciente demande al médico uno u otro medicamento e incluso cuestione su diagnóstico, se dan prácticamente a diario. Y esto, se debe fundamentalmente a la aparición de Internet. Por tanto, hay que aplicar estas herramientas con mucha responsabilidad.
Considero que el comportamiento de los médicos y los pacientes respecto a Internet no varía mucho con respecto al resto de usuarios corrientes, es decir, fundamentalmente van en busca de información. Lo que sí varía es la motivación, los médicos la buscan para mejorar su práctica clínica, y los pacientes buscan consejos. Por último, añadir que los médicos también acuden a Internet en busca de formación, una formación que se adapta a sus horarios y necesidades ya que pueden disponer de ella 24 horas al día.
3. Si hablamos de pacientes ya diagnosticados, el marketing digital se convierte en una de sus principales fuentes de consejos y recomendaciones, ya sea para superar su enfermedad o para mejorar su calidad de vida. Pero si nos referimos a las personas que tienen una serie de síntomas pero no han ido al médico, Internet les ofrece su primer diagnóstico. Por eso hay que ser muy riguroso.
Los médicos, por su parte, buscan información sobre las últimas prácticas clínicas, descubrimientos y lanzamientos; y formación, pero no sólo teórica, sino también de sentido práctico a través de la comunicación con sus colegas.
4. Si nos fijamos en cuáles son los formatos más comunes que usan los médicos, considero que la respuesta es obvia. Excepto las webs, todos los demás formatos están diseñados para interactuar. Sin duda alguna es un factor determinante y diferenciador, de hecho, es el camino que hay que seguir en los desarrollos futuros de, herramientas y soportes digitales.
