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Y entre la mediocridad general que he podido apreciar, tres anuncios lograron captar mi atención: Audi Q7, espectacular, y un

Y entre la mediocridad general que he podido apreciar, tres anuncios lograron captar mi atención: Audi Q7, espectacular, y un nuevo y buen concepto para las Fuerzas Armadas Profesionales: El cambio que tu quieres.

Cuando diseñé, hace años, el imagotipo de los tres soldados (infantería, marina, aviación por orden de antigüedad) tuve claro que los ejércitos son, antes que maquinarias de guerra, los hombres y mujeres que los conforman. Incluso conservo una versión del diseño que incorporaba un cuarto soldado: una mujer.

Y son mujeres protagonistas de los dos anuncios, la chica que se rapa la cabeza y la niña que dibuja a su madre-militar, construyendo, con cierta timidez en la materialización de la idea-fuerza, la percepción de unas Fuerzas Armadas en las que tiene cabida la autorrealización del individuo más allá de la vieja concepción militarista de clonar Rambos especializados en guerras preventivas.

Esa misma claridad que tuve en dar todo el protagonismo al soldado en mi diseño, la tengo cuando me enfrento a una selección de reparto: conseguir que el público diana se identifique con la o el protagonista, soporte visual del mensaje contenido en el anuncio, por su credibilidad.

Aquí es donde encuentro que me falla, en un análisis de códigos sintácticos de la imagen, la morfología del anuncio de la madre-militar. La madre es más modelo que modelo de mujer-militar a la que, por otra parte, siendo el soporte principal del mensaje a comunicar, se enmascara su protagonismo con la anécdota en términos de elipsis creativa del dibujo de la niña.

(*) EduarDo Oejo es asesor de Comunicación Visual
oejovisual@yahoo.es