Guantes y gafas virtuales que permitan interactuar con un vídeo de cocina de Youtube, un reloj inteligente que mida el impacto ecológico de aquel que lo porta o la opción de acudir a un gimnasio mental para poner en marcha el cerebro después de haber confiado la mayor parte de las decisiones a un asistente virtual.
Éstas han sido algunas de las tendencias de consumo 2019 que ha recogido el informe 10 Hot Consumer Trends 2019, elaborado por el fabricante de electrónica Ericsson, tras haber encuestado a 34 millones de usuarios expertos (y apasionados) de la tecnología. He aquí las más relevantes.
Asistentes inteligentes, aún más inteligentes
Apenas recién llegados a los hogares de multitud de usuarios, los fabricantes de altavoces inteligentes y asistentes virtuales añadirán a los mismos la habilidad de reconocer las emociones de sus dueños. Así lo considera el 60% de los encuestados, que estima ver tal característica en 2022.
De acuerdo con el informe, con esta aptitud los asistentes virtuales y los altavoces inteligentes se activarían de una manera u otra, dependiendo de la situación en la que se encuentre el usuario. En concreto, al 56% de los mismos le encantaría ver cómo su asistente virtual baja la voz cuando éste le cuenta un secreto. Y el 52% preferiría disponer de un smartwatch que bloquease las notificaciones al saber, el reloj, que el usuario está ocupado.
Por otro lado, los consumidores predicen la convivencia en un mismo hogar de dos altavoces inteligentes y, por ende, dos asistentes virtuales que aporten respuestas diferentes a una misma pregunta. Para el 47% de los entrevistados tal situación llevaría a una discusión entre ambos, de ahí que 4 de cada 10 vea factible contar con altavoces inteligentes compatibles.
Vídeo-tutoriales interactivos
Un tipo de formato que podría ser popular en las estrategias de marketing de contenidos del futuro. De acuerdo con el estudio, el 82% imagina la posibilidad de interactuar con un vídeo tutorial de Youtube que le permita realizar una tarea que nunca hubiera hecho gracias a la realidad virtual (RV) y a la realidad aumentada (RA). De hecho, a más de la mitad le atrae la idea de tener unas gafas RA que muestren las instrucciones para reparar cualquier objeto, mientras que al 56% le encantaría aprender a bailar utilizando una app similar.
Obesidad mental
Aquellos usuarios acostumbrados a consultar información y realizar peticiones a sus asistentes virtuales considerarían confiarles las tareas que les aburren en un futuro próximo. En concreto, al 49% le gustaría automatizar la cesta de la compra y que fuera Alexa, Google Home, Siri o Cortana quiénes se encargaran de solicitar un pedido en un supermercado online. Asimismo, el 47% de los mismos tendría en cuenta a su asistente para que manejara sus finanzas.
Más de la mitad de los encuestados asegura de igual forma querer saber cuándo van a pillar una enfermedad antes de notar ellos mismos los primeros síntomas. El 43% desea incluso que su asistente virtual decida por él o ella el momento en el que debe ir al médico.
La capacidad de traspasar la toma de decisiones a los agentes inteligentes llevaría a los consumidores a perder la habilidad tan humana de optar por una cosa u otra. Así lo considera uno de cada tres usuarios. El 34% indica además la desaparición del pensamiento crítico ante el uso excesivo de los asistentes virtuales, y a un 31% no le importaría acudir a un gimnasio mental para entrenar las aptitudes perdidas.
Gestión de datos: entre la privacidad y el hastío
Algunos consumidores siguen considerando la idea de que ciertas aplicaciones reúnen y almacenan datos incluso cuando no las utilizan (47%). Y la mitad de los mismos piensa que las apps más populares suelen aglutinar información excesiva con el fin de sacar algún beneficio. Según el estudio, tales consumidores tienden a evitar aquellas compañías en las que se realiza un mal uso de sus datos personales.
De igual forma, el hecho de tener que aceptar las cookies de las páginas por las que se navega en Internet molesta al 51% de los encuestados. El 47% percibe la aceptación repetitiva como algo forzado, generando desconfianza a la web. Gracias a las cookies, los usuarios ven anuncios personalizados, aunque casi 5 de cada 10 usuarios opina que Internet necesita un modelo de negocio que vaya más allá de la publicidad.
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