El sector de la publicidad, campeón de la hipocresía

‘En una de las películas más famosas de Buñuel, “El ángel exterminador”, unos invitados asisten a una cena en una

sector-publicidad-campeones-de-la-hipocresia‘En una de las películas más famosas de Buñuel, “El ángel exterminador”, unos invitados asisten a una cena en una mansión después de asistir a la ópera. Mientras los sirvientes consiguen salir del edificio, los invitados se dan cuenta de que no pueden salir aunque no haya nada que se lo impida. Quieren, pero sin saber por qué no pueden’. Algo parecido le ocurre al sector de la publicidad desde el punto de vista laboral, según afirma  Jose G. Pertierra, director general de Clicknaranja en este artículo.

 «Caracterizado por jornadas de trabajo maratonianas, pocos sectores son tan absurdos y disparatados en la configuración de la jornada laboral como el nuestro. Anárquico y caótico tradicionalmente, curiosamente el progreso y la tecnologización de nuestra profesión, lejos de reorganizar ese caos y mutar a uno nuevo más estructurado y organizado, lo ha convertido en otro mucho más farragoso y surrealista laboralmente.

Seguramente muchos de los que estáis leyendo esto, sabréis de lo que hablamos: jornadas interminables en la agencia, comenzando a primeras horas de la mañana y terminando bien entrada la tarde, incluyendo jornadas hasta la madrugada cuando hay campañas con timings apretados o en casos de presentación de concursos. Horas y horas de trabajo, horas y horas de reuniones, pero también horas y horas de inactividad: que si un desayuno comunal por aquí, que si un ‘piti’ por allí, que si una comida que se nos va a casi dos horas… se hace vida de agencia y fuera de ella apenas se duerme y poco más.

Al trabajo en agencia le pasa como a los invitados a la mansión en la peli de Buñuel, se ha llegado a una situación absurda que todos reconocen pero que nadie sabe porqué continua de esta forma, sin que haya alguien capaz de pasar a la acción y liderar un cambio que todos demandamos. Hace poco el Gobierno mostró su intención de buscar un pacto laboral para legislar que se trabajase hasta las 18.00 de la tarde…¿Alguien se cree que esa medida se aplicaría en nuestro sector?

Siguiendo esa demanda social de una vida laboral más razonable en la línea del resto de países de Europa, este pasado viernes 16 de diciembre, el Congreso aprobó el nuevo permiso de paternidad que sube de dos a cuatro semanas a partir de enero del 2017. La medida obviamente es un paso adelante dentro de la denominada conciliación laboral y familiar, concepto que llevamos escuchando desde hace años pero que más que una realidad nos remite al género de la ciencia ficción. Si además ponemos la lupa sobre nuestro sector, el de la publicidad y el marketing, el panorama en este aspecto también resulta desolador.

Hace poco, hojeando una conocidísima revista de moda, me encontré una entrevista a la directora de marketing de una marca con la que había estado trabajando casi diez años. Me llamó la atención como aludía constantemente en los titulares a eslóganes de la corrección política del momento y al buenrollismo más falso y superficial. La mayoría de la conversación versaba sobre la incompatibilidad actual entre la maternidad y el trabajo de alto ejecutivo en grandes compañías de nuestro país, pero además también manifestaba la irracionalidad de las jornadas laborales de los currantes.

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José G.Pertierra, autor del artículo.

Curiosamente, la recordaba a la perfección: era una profesional caprichosa y voluble, que constantemente variaba los timings de las campañas sin avisar, teniendo continuamente a los equipos de la agencia pendientes de sus arbitrariedades mañana, tarde, noche y fines de semana, su falta de experiencia en el área que comandaba hacía que varias personas tuvieran que suplir su inseguridad, con no tener vida propia y estar pendiente siempre de sus pasos en falso, en definitiva, un ejemplo viviente de lo que denunciaba.

Porque ese es quizás uno de los principales problemas de nuestro sector: la hipocresía de los que son capaces realmente de cambiar el sistema pero que necesitan que ese caos continúe para sobrevivir laboralmente, unos porque su mediocridad quedaría al descubierto al perder influencia sobre los demás y otros porque su vaguería dejaría de estar justificada. Porque sí, todos queremos cambiar el sector y hacer nuestro trabajo de forma más lógica y razonable, pero mientras los que están arriba y pueden dar un paso adelante no lo hagan, seguiremos como los burgueses de la peli de Buñuel, intentando salir de la mansión pero sin poder hacerlo. »

Jose G. Pertierra, director general de Clicknaranja