La marca de higiene y cuidado personal Dove recupera la campaña Evolution lanzada en 2006 para mostrar la presión que sienten las adolescentes para alcanzar un ideal de belleza, distorsionado por las redes sociales.
Bajo el título Reverse Selfie, la pieza principal de la campaña – un vídeo de un minuto de duración- muestra el proceso que lleva a cabo una adolescente para publicar un selfie y conseguir gratificaciones en una red social.
Dicho proceso se cuenta al revés, de tal modo que el espectador descubre, en primer lugar, la aplicación de filtros que emplea la joven para eliminar imperfecciones, agrandar la nariz y los ojos, elevar su mentón y dar volumen a su cabello; y continúa con la sesión de maquillaje y peluquería destinada a conseguir el mejor resultado para la publicación en la red social. El viaje finaliza con la chica mirándose en el espejo, disgustada por lo que ve.
“La presión de las redes sociales está dañando la autoestima de nuestras chicas”. Una tendencia que se ha visto agravada en los últimos meses a causa de un mayor consumo durante la pandemia de coronavirus, explican desde la marca, que recuerdan que, a la edad de 13 años, el 80% de las chicas distorsionan la forma en la que se ven en internet.
Esta campaña, firmada por Ogilvy, es la secuela de Evolution, el anuncio lanzado en 2006 en la que la enseña de Unilever mostraba todos los retoques que se realizaban a las fotografías protagonizadas por mujeres, siguiendo un ideal de belleza distorsionado por la industria publicitaria y los medios. Un mensaje que se recupera en tiempos de social media ante una problemática similar.