Me enteré el pasado viernes, día 24, cuando ya no había posibilidad de incluir la noticia en el Diario IPMark del lunes, de que había muerto María Ángeles González Lobo.
No sé si el nombre le dice algo a muchos de los profesionales jóvenes de la publicidad, en la que María Ángeles fue toda una referencia en la faceta de la planificación de medios, allá por los años 70 y principios de los 90, cuando las actuales agencias de medios todavía no se habían adueñado de esta disciplina.
Era la época gloriosa de JWT, tiempos de Manu Elexpuru y Julián Bravo, a cuyas ordenes trabajaba la ahora fallecida, quien, entre otras dedicaciones dentro de la agencia, realizaba anualmente el primer estudio sobre la inversión publicitaria en España. Con la llegada de las televisiones privadas el estudio pasó a realizarlo la Federación Nacional de Empresas de Publicidad, que presidía entonces, junto con la Asociación General de Empresas de Publicidad de Madrid, José Viana. Y posteriormente asumió la realización del estudio Infoadex.
Inteligente, entrañable, trabajadora y sin pretensiones, María Ángeles fue un referente para los profesionales de medios españoles y para todos los que disfrutamos de su trato. Todavía sigue editándose el Manual de Planificación de Medios, creo que el único libro en castellano sobre la materia (seguro que el primero), que escribió al alimón con Enrique Carrero, otro referente que acaba de ser víctima de la reestructuración llevada a cabo recientemente en Mindshare. No fue su único libro, pero sí el más conocido.
María Ángeles González Lobo abandonó después su carrera profesional en la publicidad para seguir a su marido, funcionario de Información y Turismo que había sido destinado a Alemania. Tras el fallecimiento de su esposo se incorpora a la docencia, que siempre había sido una de sus querencias.
Las últimas noticias que tuve de ella fueron que continuaba dando clases en la Universidad Europea de Madrid. De tarde en tarde me llamaba para pedirme un dato o bien para preguntarme quién podría facilitárselo. La sorpresa de su fallecimiento ha sido mayúscula para mí y para todos los que formamos esta casa de IPMARK que fuimos testigos de su paso por la profesión. Supongo que también para otras muchas personas vinculadas con la publicidad y el marketing.
Descansa en paz, María Ángeles. Estarás siempre en nuestro recuerdo. Como en el de tantos profesionales que tuvieron la fortuna de conocerte. Sirvan estas líneas como pobre homenaje a tu memoria.
