Kellogg comenzará a probar esta tecnología en Gran Bretaña con el objetivo de luchas contra los productos que imitan sus marcas, según publica la revista estadounidense Advertising Age. La compañía fabrica en el mercado británico un total de 67 millones de cajas de corn flakese pero en los últimos años ha perdido cuota de mercado frente a los imitaciones de marcas comerciales o de la distribución. Por eso la compañía lucha actualmente por dejar claro a los consumidores que Kellogg no fabrica cereales para otras firmas. En este sentido, Helen Lyons, técnica de la compañía, ha declarado que la empresa está constantemente “buscando nuevos caminos para luchar contra estas prácticas y darles a nuestros golden flakes de maíz un sello oficial de aprobación podría ser la respuesta”.
Kellogg tiene previsto producir lotes de prueba con las hojuelas marcadas en cada caja para garantizar el origen del cereal y protegerse de los productos de imitación. Si el sistema funciona podría ser más tarde utilizado por otras marcas de Kellogg, como Frosties, Special K, Crunchy Nut y Bran Flakes.
La fábrica de Kellogg en Manchester (Inglaterra) es la línea de producción más grande que la compañía tiene en el mundo. Funciona 24 horas al día durante todo el año. En el mundo se consumen 128.000 millones de tazas de corn flakes al año.
