Google da al usuario más control de su privacidad y el usuario lo aprovecha

Según datos de Google, más de 3.000 millones de cuentas tienen activadas la eliminación de datos y más de 250 millones de usuarios emplean la herramienta de revisión de privacidad cada mes.

Cuando el usuario cuenta con las herramientas que le permiten controlar el nivel de privacidad que desea en su experiencia online, el usuario los aprovecha. Así ocurre con las múltiples actualizaciones que en los últimos meses ha realizado Google, la más reciente, la puesta en marcha de My Ad Center (mi centro de anuncios, en español). 

“La privacidad online es que el usuario tenga control sobre qué datos se recogen, para qué se usan y poder revocar su consentimiento”, ha definido Lorena Roque, responsable de Ads Privacy de Google España y Portugal en un encuentro con medios para analizar los últimos trabajos desarrollados por la firma tecnológica en el terreno de la privacidad. 

Sobre tales trabajos, la responsable de privacidad en publicidad digital de Google ha destacado el lanzamiento de Mi centro de anuncios, funcionalidad disponible desde el pasado octubre y que viene a ser una evolución de Mis preferencias. Con 3.000 millones de personas que ya utilizaban esta última aplicación, Mi centro de anuncios viene a facilitar aún más el control de la experiencia publicitaria que desea un usuario. 

Así, desde myadcenter.google.com, los usuarios pueden desactivar con un solo clic el visionado de anuncios personalizados en su navegación, además de elegir los temas por los que desean ser segmentados. En la herramienta también aparecen los últimos anuncios mostrados al usuario y la posibilidad de indicar de qué marcas les gustaría ver más o menos creatividades. 

Mi centro de anuncios de Google
Mi centro de anuncios de Google

Roque ha recordado que la compañía jamás vende datos personales a terceros y que no emplean información personal sensible para hacer publicidad. También ha mencionado a Privacy Sandbox y las tecnologías que están en prueba de testeo, como Topics – que permitirá la segmentación de anuncios en el Chrome sin cookies de terceros- y Fledge, cuyas pruebas serán ampliadas en verano de 2023. “Es un esfuerzo colaborativo de la industria”, ha recordado Roque respecto a Privacy Sandbox. 

Soluciones enfocadas a privacidad

Raquel Ruiz, responsable de programas de ingeniería en el Centro de Seguridad de Google en Múnich (Alemania), ha expuesto algunas de las herramientas desarrolladas por la compañía para ofrecer a los usuarios una experiencia online más respetuosa con la privacidad. 

Entre ellas, destacan la herramienta de gestión de contraseñas, que ya es empleada por más de 500 millones de usuarios y que ayuda a almacenar contraseñas nuevas y mantenerlas seguras a lo largo del tiempo; la posibilidad de eliminar de forma automática los datos – por defecto, Google elimina el historial de información pasados 18 meses-, y la revisión de privacidad, que posibilita a los usuarios la opción de borrar todo su historial y le enseña, además, toda la información que almacena, “para dar transparencia al usuario”, ha recalcado Ruiz. 

Según datos de Google, más de 3.000 millones de cuentas tienen activadas la eliminación de datos y más de 250 millones de usuarios emplean la herramienta de revisión de privacidad cada mes. 

El centro también dispone de un área para el desarrollo de funcionalidades centradas en cuentas para menores. Más de 14 equipos y 600 empleados de Google están dedicados al diseño de experiencias online para menores, desarrollados siguiendo tres pilares: empoderar, respetar y proteger. Resultado de ello es el mayor control que tienen padres y tutores respecto a la actividad digital de sus hijos y tutelados; la publicación privada activada por defecto en Youtube o la muestra de publicidad no personalizada. 

Sin acceso a los datos

La responsable de programas de ingeniería de Google ha explicado asimismo la nueva filosofía que a nivel técnico siguen los ingenieros de la Big Tech, centrados en desarrollar protecting computing (computación de protección, en español), que implica poder llevar a cabo más tareas empleando la menor cantidad de datos y procesarlos cada vez más cerca del dispositivo donde se ejecutan (como un teléfono móvil, por ejemplo). 

Los trabajos técnicos que elaboran están enfocados a minimizar la huella digital de los usuarios, desidentificar los datos – esto es, añadir ruido a los datos para no saber la persona de procedencia-, y la restricción de acceso a los datos. “Ni siquiera Google tiene acceso”, ha incidido Ruiz.