Discurso feminista (real), asignatura pendiente en agencias y marcas

‘Marcas aliadas o cómo convertirse en una marca feminista sin morir en el intento’, encuentro virtual, de APG Spain, en colaboración con IPMARK.

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora (8 marzo) es el momento elegido anualmente por numerosas marcas y agencias para lanzar su discurso feminista, en apoyo a la igualdad de género. Pero, ¿ese discurso está prolongado en el tiempo? ¿Es un compromiso real? A estas preguntas han respondido profesionales de la industria en el Mind Blowing ‘Marcas aliadas o cómo convertirse en una marca feminista sin morir en el intento’, de APG Spain, en colaboración con IPMARK, celebrado 9 de marzo.

¿Hablar de feminismo es una moda en el sector? “Las marcas no son reales con la realidad del feminismo. No nos felicitéis en el 8M. Los clientes muchas veces no se atreven y dan un discurso light. Si vas a tener un compromiso real, las mujeres te van a abrazar, pero si sólo es un día al año, ni te pongas el color morado en la foto. Eso es lo que desinfla”, señaló Cristina Alonso, directora creativa de Girly Girl Magazine, en el encuentro virtual, compartido con Patricia Moreno y África Pitarch, cofundadoras de Somos Unas Exageradas; Amavi Akakpo, presentadora del programa ‘Soultown’ en UnikaFM y Alejandra Chacón, directora de estrategia publicitaria y del equipo de Más Mujeres Creativas, que moderó el coloquio.

Según las agujas del reloj: Alejandra Chacón (Más Mujeres Creativas), Patricia Moreno y África Pitarch (Somos Unas Exageradas), Amavi Akakpo (UnikaFM) y Cristina Alonso (Girly Girl Magazine).

Las profesionales aseguraron que cualquier marca y agencia puede tener el discurso en apoyo a la igualdad entre mujeres y hombres, pero se requiere un compromiso real y, en muchos casos, ese paso crea incomodez entre los agentes protagonistas, “al tener miedo de salir de la zona de confort. Si marcas y agencias no nos sentimos incómodas con lo que hacemos, puede ser que no nos estemos cuestionando bien las cosas”, ha reflexionado Alejandra Chacón. 

Hay compañías que sí tienen un discurso prolongado en el tiempo y crean malestar en el público, como fue el caso de Diesel. Esta marca, con target de futbolista italiano, lanzó una colección textil con los colores del arcoíris en apoyo al colectivo LGTBIQ en el Orgullo de 2019. El dinero recaudado fue destinado al colectivo. Con esta acción “perdieron 14.000 seguidores en Instagram. Al día siguiente, la marca publicó un post diciendo algo así como adiós, no queremos seguidores homofóbicos”.  

En el caso de Levis, la compañía presentó una auditoría en su organización para analizar la diversidad dentro de su plantilla. Publicó los resultados a pesar de que no eran positivos. En la parte baja de la pirámide, sí había apoyo al discurso feminista, mientras que en los puestos de dirección, se reducía. Patricia Moreno comentó el caso de la firma de moda vaquera, añadiendo que “las marcas que se equivocan, lo reconocen y lo comunican, creo que son las compañías de nuestro tiempo. Pero, encontrar una empresa que lo haga, es difícil”.

Escucha activa

¿Y cómo lograr ese cambio dentro de la agencia y la marca? Las participantes lo repitieron a lo largo de la conferencia virtual que la base está en salir a la calle, escuchar a los compañeros de trabajo y a la sociedad en general. Al igual que las compañías actualizan su ADN en materia medioambiental, “el feminismo y el racismo es una forma de estar en el mundo, es una visión real del mismo”, ha señalado Amavi Akakpo.

Falsos aliados

La desigualdad de género es una realidad, presente entre los profesionales de la industria, donde, en muchos casos, mujeres sufren comentarios machistas en su día a día, saliendo a la luz “falsos aliados”. En estos casos, Amavi Akakpo indicó que la participación social es muy importante, es el motor de cambio, y y más en el ambiente transgresor de la publicidad”. A ello, Patricia Moreno completó que “si no hay diversidad en los equipos, te estás dirigiendo a tus iguales (hombre blanco, privilegiado). Las agencias deben cambiar el chip… Al final, esas personas acaban callándose y los puestos de dirección tienen que tener en cuenta todas las voces y las están silenciado con las políticas empresariales”.