Hampa Studio, mientras creaba series, tuvo hace muchos años una rama muy importante de licencias. Crearon una marca que se llamaba “Los Cogollitos”. Sí, como lo oís, una marca que se basaba en diseños que parodiaban películas, series de animación y personajes famosos, pero convertidos en cogollos de marihuana (“los Hempsons”, parodia de Los Simpsons, era una de ellas).
La marca creció muchísimo, hasta el punto de crearse innumerables franquicias por toda España donde se vendían camisetas, peluches, mecheros y todo tipo de derivados que os podáis imaginar, basados en la infinidad de modelos que Alex Cervantes diseñó. Fue ahí donde Hampa Studio conoció de primera mano el negocio, tan lucrativo, del licensing.
Alex Cervantes CEO de Hampa Studio estuvo estudiando bien cómo funcionaba este negocio y cuál iba a ser el futuro del licensing. Básicamente, el negocio es muy sencillo. Muchas películas y series, gracias a que tienen mucha difusión, atraen a licenciatarios como empresas de camisetas, juguetes, mochilas y demás, que hacen buenos productos pero necesitan que estén basados en marcas con mucha notoriedad.
Ese modelo, estaba muy bien hasta hace unos años, lo que llaman en Hampa Studio la paradoja de Bob Esponja. Bob Esponja explotó como serie de animación y las licencias crecieron como la espuma. En el mercado había todo tipo de juguetes, peluches, material escolar, camisetas, etc. Fue tal la explosión de licencias que se saturó el mercado, y cuando venían nuevas series, nuevas películas, etc.. Los licenciatarios comenzaron a tener problemas. Se había hecho mucho “Sell-in” (es decir, compras de grandes superficies de productos de Bob Esponja, pero no había un “Sell-out” (las estanterías y los almacenes de los centros comerciales seguían llenos de Bob Esponjas). Por lo tanto, ni las grandes superficies ni los licenciatarios podían asumir más licencias, porque no recuperaron los costes de inversión, por lo tanto, películas y jugueteras comenzaron a caer. Las películas porque no conseguían vender licencias, y las pocas las vendían muy caras, y las jugueteras no podían asumir cada vez los costes tan elevados por lo que sus márgenes de venta eran cada vez menores.
Y ocurrió lo que desde Hampa Studio ya sabían. Una rotura en el negocio de las licencias, fue entonces cuando Hampa Studio se enfocó en hacer ver a las marcas que había una oportunidad de oro, “invertir en uno mismo”.
Crear una serie de animación basado en tu propia marca siempre es más rentable que adquirir licencias de terceros para poner en tu producto. Evidentemente, no es una inversión a corto plazo, pero sí lo es a medio y a largo, porque no solo la serie de animación va a tener un gran notoriedad en el público objetivo, sino que además las televisiones lo emitirán, algo que además de ahorrar costes en carísimas campañas de publicidad, puedes hasta tener retorno de la inversión por venta de derechos a televisiones, así como un retorno de la explotación en plataformas como YouTube. Y para remate final convertirás tu marca en una licencia que exportar y que explotar por licenciatarios.
Normalmente hay compañías que piensan que todo esto está muy bien, pero no saben nada de animación. Da igual, porque Hampa Studio, se dedica a esto y tan solo necesita un pequeño briefing para poder crear una serie de éxito de principio a fin.
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