Poco tiempo después de conocer la investigación formal que ha iniciado la Comisión Europea sobre el negocio publicitario de Google, desde Estados Unidos, el Ejecutivo de Joe Biden ayudará a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) y a la Comisión Federal de Comercio (FTC) a limitar las ventajas competitivas “desmedidas” de los gigantes tecnológicos cuyo negocio se basa en la recogida, almacenamiento y uso de grandes cantidades de información personal.
Según ha explicado la administración estadounidense, el dominio de mercado de estos players pone a las pequeñas empresas en una situación de desventaja, y señala que el crecimiento exponencial de compañías como Google, Apple o Facebook se debe al uso que hacen de los datos de los consumidores, con fines, sobre todo, publicitarios.
La orden, en concreto, incentivará a ambos organismos a ser más escrupulosos en sus evaluaciones y aprobaciones de fusiones y adquisiciones en el ámbito de las Big Tech. Y animará a la Comisión Federal de Comercio a rehabilitar las normas relacionadas con la neutralidad de la Red, y a lanzar nuevas regulaciones sobre el uso que realizan estas compañías de los datos de los consumidores.
Este anuncio forma parte de los últimos movimientos realizados desde la Casa Blanca para limitar el poder de las Big Tech. El mes pasado, nombró a la investigadora especializada en leyes antimonopolio Lina Kahn, como nueva directora de la FTC, y a Tim Wu – quien se ha mostrado públicamente a favor de dividir los conglomerados tecnológicos-, al frente del Consejo Nacional Económico.
Investigaciones abiertas
Al otro lado del charco, en Europa, las autoridades también han puesto el ojo en las grandes corporaciones tecnológicas, y los posibles movimientos que realizan para limitar la competencia.
Recientemente, la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) dio a conocer el expediente sancionador que había iniciado sobre Apple y Amazon, ante la existencia de indicios de que ambas empresas habían acordado restringir la venta en el marketplace de productos de la marca de la manzana mordida por parte de terceros, y haber limitado el lanzamiento de campañas publicitarias de productos competidores de esta última, desde el marketplace.
Un mes antes, la Comisión Europea anunció su intención de investigar el negocio publicitario de Google, para comprobar si está distorsionando la competencia “al restringir el acceso a terceros a los datos del usuario con fines publicitarios” en páginas web y aplicaciones, al tiempo que reserva dichos datos para su propio uso.
“Nos preocupa que Google haya dificultado que los servicios de publicidad en línea rivales compitan en la denominada pila de tecnología publicitaria. La igualdad de condiciones es fundamental para todos los integrantes de la cadena de suministro”, destacó la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
Fuencisla Clemares, directora general de Google para España y Portugal, señaló a Europa Press que “Google no tiene ningún monopolio” en ninguno de los servicios ofrecidos en internet, y argumentó que a día de hoy, menos de un 30% de usuarios comienzan su búsqueda en buscadores generalistas, sino que apuestan por una firma especializada.