En un contexto marcado por la inflación, uno de cada dos personas en España se sienten frustrados por no cumplir sus expectativas. En esta línea, el 60% de las personas prefieren “disfrutar de su realidad sin aspirar a tanto”, mientras el otro 40% hacen todo lo contrario: “Son soñadores y quieren aspirar a más”.
Todos estos datos quedan reflejados en el informe, “Consumo en tiempos de inflación”, un observatorio social y cultural de la agencia BAP&Conde que ha sido presentado en A Coruña por su fundador y director creativo, Miguel Conde-Lobato.
El nuevo estudio del ObserBAPtorio, que en su anterior entrega reveló que la mayoría de las personas en España son partidarias de regular y no de prohibir la inteligencia artificial, aborda en esta ocasión el comportamiento del consumidor en tiempos de inflación y lo hace a través de 845 encuestas a personas que se encargan de hacer la compra en sus hogares.
“Estamos desencantados al comprobar que esas chuches sociales con las que hemos idealizado nuestro mundo, haciéndonos creer que se puede conseguir todo lo que queremos, no son reales”, comenta Conde-Lobato, al mismo tiempo que afirmó que las redes sociales son un “altavoz” de esta irrealidad y, por tanto, “un canal de frustración”.
El estudio también revela que uno de cada dos personas reconocen que la pandemia y la subida de precios han alterado su forma de gastar. El consumidor actual mide al milímetro sus actos de compra y en la mayoría de los casos lo hace en función del precio. Por otra parte, el contexto inflacionario afecta más a jóvenes, hogares monoparentales y de clase media, “y en menor medida a los residentes en Galicia y otras comunidades del noroeste donde el coste de la vida es menor”, explicó Cristina Varela.
“Consumo en tiempos de inflación” también aborda las expectativas que tienen los consumidores sobre su capacidad de gasto a corto y medio plazo. Además, más de la mitad (54,1%) cree que será igual en los próximos cinco años, el 26,3% opina que se reducirá, y sólo el 19,6% piensa que mejorará, lo que eleva al 80% el porcentaje de personas que cree que su situación será igual o peor en dicho período.
Productos consumidos
Respecto a las categorías de productos consumidos, las más afectadas son las consideradas no esenciales. “Entre el 28 y 46% de los encuestados gasta menos en ocio, bienestar y productos sostenibles que antes de la pandemia”, añadió Varela. Según el informe, seis de cada 10 personas siguen comprando productos frescos y congelados igual que antes de la pandemia. En el caso de las conservas, lo hacen siete de cada diez, el mismo porcentaje que con otros alimentos básicos como el pan o la leche.
Sin embargo, el porcentaje de abandono de los frescos (por encima del 22%) supera al de los congelados y conservas. “Ambos pueden ser una alternativa más práctica y económica, y representan una tendencia a seguir en alimentación para uno de cada cuatro consumidores, por detrás de los productos frescos, locales y low-cost”, puntualiza Varela.
Por otra parte, las marcas blancas se encuentran en máximos históricos en cuanto a nivel de penetración en el mercado, el 32,2% declara haber aumentado su consumo. En este sentido, casi el 30% de las personas consultadas gasta más que antes en datos móviles e internet.
Además de la subida experimentada por las marcas blancas e internet, también crece el gasto en energía y combustible: alrededor del 25% de las personas encuestadas confiesa que ha incrementado su consumo. La razón: más viajes de proximidad en coche y más dispositivos conectados en el hogar, explican los autores del estudio.