La medida, segunda de estas características que se toma en los últimos cinco años, tiene por objeto ayudar a las empresas, especialmente a las pymes, a acceder a una protección eficaz y económica para sus marcas. Así mismo, el tiempo medio para completar un registro se ha acortado un 50% en el último lustro, situándose en una media de ocho meses.
El año parado la OAMI recibió más de 87.000 solicitudes para registrar marcas comunitarias, de las cuales 6.900 se realizaron desde España. Esta cifra sitúa a nuestro país como el quinto más activo del mundo en materia de registro de marcas, por detrás de Alemania, Estados Unidos, Reino Unido e Italia.
El presidente de OAMI, Hubo de Boer, manifestó en una rueda de prensa celebrada en Bruselas que “en un momento de recesión global, reducir el coste de protección de los derechos de propiedad intelectual serán sin duda una ayuda significativa. Para una empresa pequeña proteger la marca registrada en toda la UE protege el derecho futuro a tener acceso libre al mercado europeo único para sus bienes y servicios. De forma paralela, para las empresas más grandes es una herramienta esencial para hacer negocios internacionalmente”.
Las marcas registradas comunitarias fueron introducidas en 1996 y permiten que una marca o logo sean protegidos legalmente en todos los países de la UE a través de una única solicitud. La marca registrada comunitaria coexiste con marcas registradas nacionales, lo que permite solicitar la protección conjunta o país por país.
