Publicidad interactiva en la nueva TDT

No obstante, el cambio más importante es la evolución de la televisión hacia un medio multimedia e interactivo. La emisión

No obstante, el cambio más importante es la evolución de la televisión hacia un medio multimedia e interactivo.

La emisión en formato digital permite la inclusión de datos y aplicaciones, junto con la imagen y el sonido, que son interpretados por el decodificador y mostrados en la televisión. Además cuenta con capacidad de comunicación bidireccional, a través de un canal de retorno utilizando Internet, que permite desarrollar cualquier tipo de servicio interactivo de valor añadido.

En definitiva, la digitalización de la señal emitida permite una revolución que está afectando a todos los integrantes de la cadena de valor, ya sean productores de contenido, televisiones, broadcasters, fabricantes y, por supuesto, a los espectadores.

NUEVOS CONTENIDOS Y SERVICIOS. La tecnología se une íntimamente a la televisión para, a través de productos y soluciones tecnológicas, desarrollar todo un nuevo mundo de servicios: informativos, interactivos y transaccionales
En los servicios informativos la televisión es un mero receptor que recibe información y la muestra a través de un teletexto avanzado. Son servicios como guías de programación, noticias, meteorología, catálogos, estado de las carreteras, información turística, etc.

En los servicios interactivos y transaccionales el espectador puede enviar información a través del canal de retorno consiguiendo un gran valor añadido. Algunos ejemplos son: la publicidad interactiva, participación en concursos, comercio electrónico, trámites con administraciones públicas, alertas informativas, etc. A través de esta interactividad se pueden utilizar prácticamente los mismos medios de pago existentes en Internet, como tarjeta de crédito, suscripciones o recibos bancarios o incluso la utilización de herramientas tipo Paypal.

Gracias a la inclusión en los descodificadores de un lector de tarjetas smartcard, se puede utilizar el DNI electrónico en una transacción y, por tanto, que la misma tenga validez jurídica.

Además de esa clasificación también es necesario distinguir entre dos tipos de aplicaciones: no sincronizadas y sincronizadas.

APLIACIONES NO SINCRONIZADAS. Son aquellas que están disponibles para su utilización en cualquier momento. A través de un botón del mando a distancia accedemos a las aplicaciones de la cadena en la que nos encontremos, apareciendo un listado en el que encontraremos, entre otras, una aplicación de una compañía área. Accedemos a ella y entramos en un entorno en el que la imagen de la televisión en vivo se minimiza en una esquina y nos muestra una serie de contenidos destacados con un menú (información corporativa, ofertas de vuelos en tiempo real, compra de billetes, registro, acceso a la información de mi tarjeta de fidelización, etc.).

Esta aplicación es, por analogía, una web adaptada al medio de televisivo con los contenidos y aplicaciones de interés para el público en general, la cual está siempre disponible. Como puede verse es muy útil para el usuario final y muy interesante para cualquier anunciante, ya que no es solamente un folleto o anuncio estático, sino una serie de servicios y aplicaciones de valor. En este ejemplo tendríamos, directamente y en cada hogar, un punto de información y venta del anunciante abierto 24 horas.

APLIACIONES SINCRONIZADAS. Las aplicaciones interactivas sincronizadas son aquellas que están vinculadas a la emisión de un contenido concreto estando disponibles únicamente en la emisión de ese contenido. Por ejemplo, en el intermedio de una película se emite un anuncio de un nuevo automóvil, dando la posibilidad de acceder a más información pulsando un botón concreto del mando a distancia. Al realizar esta pulsación se muestra un entorno en la pantalla que minimiza la emisión de la televisión en vivo, mostrando una imagen grande y de calidad del automóvil. Un menú de opciones nos permite girar la imagen para verlo desde distintos ángulos, más imágenes de versiones del mismo modelo, textos con características técnicas y, a través de un formulario, podemos localizar al concesionario más cercano para solicitar una prueba en el mismo momento.

Una vez satisfecho nuestro deseo de más información sobre el anuncio visionado y tras abandonar la aplicación, ésta desaparece de la pantalla volviendo la televisión en vivo a pantalla completa y a la programación que se estaba viendo. Obviamente también se identifica claramente el interés de los anunciantes por la emisión de esta interactividad con su anuncio, ya que pueden convertir directamente al telespectador en contacto interesado o incluso en cliente a través de la compra directa del producto.

También es posible que la publicidad sincronizada esté íntimamente ligada al contenido emitido. Un ejemplo: estamos viendo un partido de fútbol en directo. El encuentro comienza y se produce una falta cerca del área. De forma automática se muestra en la televisión una pequeña ventana de información que nos permite, de una forma sencilla, poder apostar si habrá gol en el lanzamiento de la misma. Apostemos o no, la falta se lanza y termina en gol. Ahora la televisión nos muestra la opción de ver los datos del jugador, su fotografía y sus estadísticas en la temporada actual.

El partido llega sin más sobresaltos al intermedio. En ese momento una ventana de información nos muestra que podemos pedir directamente pizzas, las cuales serán enviadas a nuestro domicilio y siempre a través de un sencillo entorno manejado con el mando a distancia.

El partido se reanuda y el equipo visitante marca un gol. En este momento una ventana de información nos muestra que podemos comprar directamente la camiseta del goleador, eligiendo la talla de la misma. El partido llega a su final integrando aplicaciones y servicios de parecidas características. El ejemplo muestra las posibilidades de integración de publicidad y comercio electrónico en contenidos concretos.

REVOLUCIÓN EN MARCHA. La revolución está en marcha y la televisión va a pasar de simple electrodoméstico a un dispositivo útil e interactivo con posibilidades casi ilimitadas. Actualmente estamos en la última fase del apagón analógico en la plataforma de TDT que permite, tecnológicamente, desarrollar estos y otros servicios. A medio plazo todas las marcas con relevancia en Internet estarán presentes en la televisión interactiva por un precio más que razonable, aunque variable en función del tipo de aplicaciones.

Las aplicaciones con interactividad más sencillas rondan los 30.000 euros y las más complejas, como las de la banca o el sector público, superan los 100.000 euros. Teniendo en cuenta todas las ventajas que suponen y los grandes beneficios que pueden reportar este tipo de aplicaciones, la inversión es más que razonable.

(*) Carlos Galve es director general
de Net2u.