OpenAI ha cerrado un acuerdo con Google Cloud para incorporar sus servicios a su infraestructura tecnológica, según han informado tres fuentes a Reuters. La alianza, que sorprende por unir a dos competidores directos en el terreno de la inteligencia artificial, responde a las crecientes necesidades de capacidad computacional de OpenAI.
El acuerdo, finalizado en mayo tras varios meses de negociación, pone de relieve cómo las exigencias de cómputo* —fundamentales para entrenar y operar modelos de inteligencia artificial— están modificando las dinámicas competitivas del sector. Según las fuentes citadas por Reuters, Google Cloud proporcionará capacidad adicional para el entrenamiento y funcionamiento de los modelos de OpenAI, que hasta ahora dependía principalmente de Microsoft, su principal socio tecnológico y financiero.
Esta diversificación en los proveedores de infraestructura coincide con un momento delicado para Google, cuyo negocio de búsqueda enfrenta su mayor amenaza en años por el auge de ChatGPT. A pesar de la competencia, ejecutivos de Google han señalado recientemente que la carrera por la IA no tendrá necesariamente un único vencedor. Ni OpenAI, ni Google, ni Microsoft han querido hacer comentarios al respecto.
Más capacidad computacional
Desde su lanzamiento a finales de 2022, ChatGPT ha experimentado un fuerte crecimiento que ha obligado a OpenAI a buscar constantemente nuevas fuentes de capacidad computacional —conocida en el sector como compute— tanto para el entrenamiento como para la inferencia de sus modelos. Según comunicó la propia compañía este lunes, su tasa de ingresos anualizada ha alcanzado los 10.000 millones de dólares en junio, acercándose a su objetivo de facturación para el ejercicio gracias al auge de la adopción de la IA.
En paralelo, OpenAI ha tejido acuerdos multimillonarios con otros proveedores como SoftBank, Oracle y CoreWeave, dentro de su ambicioso programa de infraestructura Stargate, valorado en 500.000 millones de dólares. Además, la compañía avanza en el diseño de su primer chip propio, lo que podría reducir su dependencia de proveedores externos, tal y como informó Reuters el pasado febrero.
El entendimiento con Google se produce después de que OpenAI haya empezado a reducir su exclusiva dependencia de Microsoft, cuyo servicio Azure fue su proveedor exclusivo de centros de datos hasta enero. Las negociaciones con Google se prolongaron durante meses, pero quedaron inicialmente bloqueadas debido a los compromisos contractuales con Microsoft.
Nueva vía de monetización para Google
Para Google, el acuerdo supone una nueva vía de monetización de su tecnología de inteligencia artificial, desde sus unidades de hardware hasta su software, en un momento en el que expande el uso de sus propios chips Tensor Processing Units (TPU) más allá de sus aplicaciones internas. Este movimiento ha permitido a Google captar clientes como Apple, así como startups emergentes como Anthropic o Safe Superintelligence, fundadas por antiguos directivos de OpenAI.
Google Cloud, que en 2024 generó 43.000 millones de dólares —el 12% de los ingresos de Alphabet—, aspira a posicionarse como proveedor neutral de recursos de cómputo para las numerosas startups de IA, que requieren infraestructuras costosas. Sin embargo, Alphabet afronta la presión del mercado para demostrar retornos financieros sobre sus inversiones en IA, que podrían alcanzar los 75.000 millones de dólares este año, mientras lidia con la competencia de nuevos actores y el escrutinio regulatorio.
Por su parte, la propia división de IA de Google, DeepMind, compite directamente con OpenAI y Anthropic en el desarrollo de modelos avanzados, que buscan ser integrados en aplicaciones de consumo. No obstante, vender capacidad de cómputo a terceros como OpenAI supone un delicado equilibrio para Alphabet, cuyo consejero delegado, Sundar Pichai, deberá gestionar cómo asignar recursos entre los intereses empresariales y de consumo de la compañía.
De hecho, Google ya reportó en el último trimestre ciertas limitaciones de capacidad para atender la demanda de sus clientes en la nube, según reconoció la directora financiera de Alphabet, Anat Ashkenazi, en abril. A pesar de que ChatGPT supera actualmente a Gemini —el chatbot de Google— en número de usuarios mensuales, el consejero delegado de Alphabet, Sundar Pichai, ha restado importancia a los temores de que OpenAI logre desplazar el negocio principal de Google.
*Capacidad de cómputo es la cantidad de recursos (procesadores, memoria, chips especializados, etc.) que necesita un sistema para procesar datos y realizar tareas, como entrenar modelos de inteligencia artificial o ejecutar consultas de usuarios.