Para dicho fin se creó la Asociación Patrimonial de la Riqueza Cultural de Cataluña, con el fin de respaldar la iniciativa y apoyar el trabajo en el ámbito escolar. La actividad pretendía que los niños participaran activamente junto con su profesor.
Se envió un mailing al 100% de la base de datos de los centros de enseñanza primaria de la comunidad catalana informando de la acción. También se utilizó el telemarketing para contactar con los centros y que éstos se inscribieran en la actividad.
El material que se envió fue el siguiente: unidad didáctica a profesores, colección exclusiva Las leyendas catalanas, un póster y pegatinas para cada niño participante.
Los niños escogían una determinada leyenda e investigaban en las raíces históricas detrás de la misma. Una vez realizado este paso, el profesor establecía grupos de trabajo y los niños, en función de un personaje o una situación descrita en la leyenda, tenían que crear una nueva leyenda.
A continuación se seleccionaban las 50 mejores leyendas de entre los trabajos recibidos y se enviaba el libro editado por Amena con esas leyendas.