Cada vez compramos más marcas blancas, pero siempre que sean de calidad. Puesto que el precio es un factor decisivo en la compra, y con la idea de ahorrar unos euros, parece que cada vez más incluimos marcas blancas en nuestra cesta. Al menos así lo afirma el 48,7% de los encuestados (cifra un 1,2% superior a la registrada en 2010) en el último estudio de AIMC Marcas.
Los ciudadanos que afirman comprar más este tipo de productos se encuentran en las comunidades autónomas de Murcia (57,5%), Aragón (56,1%), Canarias (51,4%) y Extremadura (50,4%), mientras que en Cataluña (18%), Galicia (17,3%) y Cantabria (16,8%) son las que menos.
En cuanto a los posibles motivos de compra de este tipo de marcas, un 53,1% de la población considera que los productos que ofrece la marca de distribución son “de la misma calidad que las grandes marcas”, especialmente los grupos con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años, que son los que se muestran más de acuerdo con esta postura.
La marca, factor decisivo en la compra de algunos productos
Pero es importante tener en cuenta, que aunque como hemos visto,el precio y la calidad son, en casi todos los casos, factores más decisivos, pero dependiendo del tipo de producto, otorgamos una mayor o menor importancia a la marca de fabricante.
Así, por ejemplo, el peso de la marca es mayor a la hora de adquirir ciertos productos como el caso de los televisores que, con un 42,2%, es la categoría en donde la marca es más importante, cifra bastante superior a la de otros productos de audio y vídeo que, con un 28,2% refleja un dato también elevado.
En el caso de los productos tecnológicos, la marca es “un motivo decisivo” cuando compramos un ordenador, de acuerdo con lo que han seleccionado el 31,4% de los encuestados. También en las videoconsolas, es el segundo factor más importante a la hora de comprar (27%), sólo por detrás del precio (38,9%).
Las bebidas, sean alcohólicas o no, parece que también nos gustan más las que responden a una marca de fabricante, sobre todo a los hombres: un 41,7% de ellos elige la marca como uno de los factores importantes a la hora de comprar bebidas no alcohólicas, y un 43,7% para las alcohólicas, frente al 36,1% y el 35,7% de las mujeres en cada una de estas categorías. Si nos centramos en la edad, las personas entre los 25 y los 44 años son las que más se fijan en la marca a la hora de consumir este tipo de productos, mientras que los jóvenes son los que menos.
En el caso de grandes electrodomésticos, la marca es uno de los factores principales que nos llevan a comprar un producto en concreto, tal y como marca un 36%de los encuestados.Sin embargo, en el caso de los pequeños electrodomésticos, este dato es 12 puntos porcentuales inferior (24%) y otros aspectos como las características técnicas del producto (35,9%), o el hecho de que sea fácil de usar (28,3%) están por delante de la calidad o de la marca.
Respecto a los productos cosméticos y de perfumería, la marca es también muy valorada, en concreto por un 33,3%, destacando en los grupos de edad de los 25 a los 34 años (38,4%) y los de 35 a 44 años (que representan el 38,6% de esta categoría).
En lo que respecta a la ropa y accesorios, además de la calidad y el precio, en nuestra compra hay otros criterios que no influyen tanto en el producto o la marca a la que esté asociado, opción escogida únicamente por un 12,4% de los encuestados (siendo los hombres más “marquistas” que las mujeres). Por el contrario, aspectos como la comodidad (47,2%), esperar a las ofertas o las rebajas (26,8%), que el producto esté a la moda (14,6%) o el tipo de tejido (14,5%) son aspectos que son mucho más determinantes en nuestra decisión de compra.
Marcas comprometidas
Por otro lado, el hecho de que las marcas hagan algo por la sociedad es un asunto que un 27% de los consumidores tiene cada vez más en cuenta, frente a un 24% de los que estaban de acuerdo con esta afirmación en 2018. En este caso, también llama la atención que los más jóvenes y los de 65 y más son los que se muestran más de acuerdo con que las marcas hagan algo más que promocionarse para vender sus productos.