La Autoridad de la Competencia de Francia ha impuesto a Google una multa de 250 millones de euros al haber descubierto varias faltas en la aplicación de los acuerdos de compensación por derechos afines con editores y agencias de noticias franceses, contemplados en la transposición de la Directiva europea de Derechos de Autor en el Mercado Único Digital.
Según ha explicado el regulador galo en un comunicado, se han detectado varias faltas en los compromisos adquiridos por la firma tecnológica para recompensar a los editores franceses por la aparición de sus contenidos en su motor de búsqueda en verano de 2022, un año después de que éste le multara con 500 millones de euros por no haber actuado de buena fe en las negociaciones iniciales.
Apunta, en concreto, a la escasa retribución percibida por los medios; haber tardado demasiado tiempo en transmitir detalles de la metodología empleada para el cálculo de las cantidades en ciertos editores; y la ausencia de un mecanismo de actualización de dichas percepciones.
Además, el regulador francés recuerda a la Big Tech la necesidad de haber informado a editores y agencias de noticias de haber empleado su contenido para entrenar su modelo de inteligencia artificial (IA) generativa, Bard (ahora Gemini).
Desde Google han calificado la sanción de “desproporcionada” y han asegurado que “la ausencia de medidas reglamentarias claras y de acciones legales han complicado las negociaciones con los editores, y nos impiden considerar seriamente futuras inversiones en el sector de la información en Francia”.
Primera referencia al uso de contenido copyright sin permiso
Francia fue el primer país europeo en aprobar la transposición de la directiva europea de derechos de autor que reconoce los llamados derechos afines y que obliga a las empresas prestadoras de servicios de la sociedad de la información a compensar a editores de prensa y agencias de noticias por el uso de su contenido.
En nuestro país, dicha norma lleva en vigor desde 2021 y permitió el regreso del servicio Google News a España, tras su retirada en 2014.
El país vecino también ha sido el primero en incluir, entre las razones de la sanción impuesta a Google, el uso de contenido protegido con derechos de autor para el entrenamiento de modelos de IA generativa. Una práctica que ha sido causa de la demanda colectiva del verano pasado dirigida a empresas desarrolladoras de este tipo de tecnología por parte de compañías editoriales estadounidenses como The New York Times o Axel Springer.