La crisis del mundo de la automoción viene promovida por la escasez de microchips, debido a un retroceso de las ventas y la ralentización de la actividad en las cadenas de producción, provocada por la crisis sanitaria y económica de la Covid-19.
Este desabastecimiento de chips en todo el mundo y, como consecuencia directa, el retraso de la entrega de los automóviles y la pérdida de calidad en la relación marca-cliente, se extenderá hasta el primer semestre de 2022. La disponibilidad en stock puede ser el factor clave para perder clientes y comenzar un trasvase de ellos hacia otras marcas.
Así, Tenerity, empresa especializada en fidelización rentable, señala la necesidad de un plan de fidelización centrado en una experiencia personalizada, contextualizada y conveniente en situaciones de crisis. A través de la recopilación de información tanto cualitativa como cuantitativa sobre el ciclo de vida de los clientes, se puede conseguir ventaja frente a la competencia.
La tecnología, la información y la personalización son los puntos fuertes para mantener una conexión con los clientes. “Nos encontramos ante un claro ejemplo en el que la marca toma un papel fundamental en la retención de clientes en tiempos de crisis. Las empresas automovilísticas que hayan trabajado en construir relaciones de valor con sus clientes serán las que menos sufran una fuga de clientes en esta crisis”, José Anguí, Product and Marketing Director de Tenerity.