Acortar los tiempos de planificación y mezclarlos con la propia ejecución han hecho que tanto la marca como el marketing empiecen a pensar y actuar de forma más sincronizada en la creación de valor y la obtención de resultados. Sin embargo, algunas empresas aún no se dan cuenta de que esto está ocurriendo -¿cómo llevan esto en tu empresa?-.
El balance entre la creación de valor, la generación de resultados y el impacto positivo se ha convertido en necesidad imperiosa
La realidad muestra que en este entorno disruptivo y caótico, existe una enorme presión sobre las empresas para que actúen proporcionando estructura, impulsando el cambio y comunicando con sinceridad.
Esencialmente, se espera que las compañías atiendan simultáneamente las demandas a corto y a largo plazo, y que también respondan de forma ejecutiva a las nuevas y crecientes presiones de los ciudadanos sobre su impacto social y medioambiental.
Cuatro claves para construir el balance
1. Redefinir el conocimiento del cliente, más allá de su rol
El marketing debe entender las necesidades de sus clientes como tal, como persona… como ciudadano, y aceptar que este conocimiento tiene fecha de caducidad. Esto lleva a la necesidad de seguir recopilando y utilizando sus datos, y de abordar las diferentes incertidumbres del mercado de forma novedosa.
Se trata de un esfuerzo de inteligencia que añadirá valor no sólo en marketing, sino en toda la empresa. Lo más importante no es la información en sí, sino lo que la empresa hará con dicha información.
2. Acelerar la transformación
Nos estamos digitalizando y esto incluye todo el customer journey – el camino que recorre un cliente a lo largo de los diferentes puntos de contacto e interrelación con las organizaciones-. Los profesionales del marketing lo saben desde hace tiempo; sin embargo, la clave está en darse cuenta de que en los últimos tiempos estos clientes han aprendido y adquirido un mayor nivel de destreza.
Las disrupciones actuales crean oportunidades para digitalizarse, lo que desencadena el éxito del marketing y la experiencia del cliente. Estos esfuerzos de transformación están dando al marketing un papel clave para encender la demanda, construir relaciones, optimizar los datos o predecir los cambios de canal, entre otras cosas.
3. Hacer explícito el propósito, construir una marca con conciencia
Un propósito explícito genera mejores resultados, y si lo que se construye es una empresa y una marca con conciencia, mucho mejor. Todas y cada una de las empresas tienen un propósito, pero sólo las que responden a las demandas de los ciudadanos de un impacto social y medioambiental positivo desarrollan ese estado de conciencia.
La gente quiere comprar a empresas que intentan hacer lo correcto, aunque en muchos casos esta actitud sigue siendo un deseo. También se espera que las empresas sean accesibles, cálidas, honestas y responsables. Y aunque los clientes pueden perdonar muchos errores, exigen transparencia.
No se trata de contar historias, sino de pensar y actuar realmente. Lo que cuenta es la empresa que hace las cosas correctas, no la que dice que las hace.
4. Reinventar el marketing
Responder a corto y largo plazo requiere una gestión a dos niveles diferentes, uno adaptativo y otro imaginativo. Se trata nada menos que de reinventar el marketing para los retos que son diferentes para cada empresa.
Al corto plazo se responde adaptando e innovando para hacer frente a las nuevas realidades en un entorno radicalmente perturbado. El largo plazo se responde alineándose con el propósito y recreando la experiencia del cliente. Esto se basa en re-imaginar diferentes escenarios y apostar por el más posible.
Este gran reto es posible conseguirlo con determinación, pragmatismo, conocimiento de los públicos clave e inversión, especialmente en digitalización.
La síntesis para lograr el balance
Tanto si hablamos de marketing como de branding, la clave es tener un enfoque verdaderamente humanista.
Un buen ejemplo es MUD Jeans -Países Bajos-.
Las inversiones en digitalización no tienen sentido si no priorizamos a las personas en cualquiera de sus funciones a lo largo de la cadena de valor de la empresa.
El impulso digital nos permite pensar en la marca como una plataforma estratégica, pero es el enfoque en las personas lo que la transforma en un campo de interacciones que potencia el crecimiento duradero, sostenible y consciente de la empresa.
La situación actual sienta las bases para un cambio que exige acelerar la orientación al cliente y recrear los procesos.
Se trata de un esfuerzo profundamente humano
Para cerrar este post, me gustaría invitarte a que te hagas estas preguntas –nosotros podemos ayudarte con las respuestas… Uopppsss-
- ¿Es el área de marketing reconocida como creadora de valor?
- ¿Tu empresa y sus marcas están orientadas a las personas?
- ¿Responde el customer journey a la promesa de marca de tu empresa? ¿Está alineado con los objetivos estratégicos y el propósito? ¿Tiene la empresa una marca con conciencia?
- ¿Los servicios de tu empresa están diseñados con un enfoque ágil y co-creativo impulsado por el negocio? ¿Has rediseñado los servicios de su empresa a la luz de los cambios provocados por la digitalización?
- ¿Necesitas desarrollar soluciones humanas de vanguardia basadas en realidades mixtas -RV y RA-, y/o inteligencia artificial -IA-?