El ritmo acelerado de vida y la necesidad de ser súper productivos es algo cotidiano en nuestras vidas. Tanto que en algo tan cotidiano como el comer, no prestamos atención, y estas distracciones en la alimentación suponen un mal hábito generalizado en toda nuestra sociedad.
Comer mirando una pantalla, no solo lleva un detrimento en la salud, dado que disminuyen la sensación de saciedad, sino que altera la percepción gastronómica y, por lo tanto, del disfrute, al limitar la atención de los sentidos y focalizarnos en un elemento externo.
El estudio sociológico de Maestros de Hojiblanca, ‘’Comer con los cinco sentidos’’, muestra que 9 de cada 10 españoles (91,62%), observan alguna pantalla durante sus comidas.
El dispositivo más consumido en alguna de las distintas comidas a lo largo del día es la televisión, y la cena es el momento en el que mayor porcentaje de españoles acompaña esta actividad con alguna pantalla, pues 7 de cada 10 afirma mirar algún dispositivo durante ésta.
Maestros de Hojiblanca ha trabajado en una alternativa al uso visual de pantallas a la hora de comer, a través de un proyecto de investigación realizado de la mano de Jesús Porta-Etessam, jefe de sección de Neurología del Hospital Clínico San Carlos.
Esta iniciativa consta de una creación de ambientes sonoros en formato podcast, basados en la importancia de la música en las experiencias gustativas. Cuando se escuchan sin distracciones, el comensal es más consciente y participa activamente con todos los sentidos, logrando una experiencia mucho más positiva.
‘’Con esta serie de cinco podcast, desde Maestros de Hojiblanca buscamos hacer reflexionar a la sociedad sobre la importancia de parar y comer de forma consciente y plena, ayudando a recuperar el disfrute y placer en nuestras comidas prestando atención a los matices, sabores y texturas’’, Comenta Maca Garau, directora de Marketing de Deoleo en España.
Jesús Porta añade: ‘’en el ser humano, la alimentación es una sublimación y presenta aspectos realmente relacionados con el arte y el disfrute. Por ello, modulando el ambiente por medio de un espacio sonoro, seremos capaces de dirigir y mejorar la experiencia gastronómica. Implica una visión multisensorial’’.
En este caso, se han escogido ambientes sonoros porque potencian una experiencia sensorial de disfrute cuando se elaboran de una manera específica y personalizada para la misma. Además, influye positivamente inhibiendo aspectos de tensión emocional.
Se ha observado cómo los diferentes tipos de música o aspectos ambientales pueden modificar no solo la experiencia, sino el apetito. Estudios muestran que ritmos jazzísticos pueden inducir un incremento en la necesidad de comer, mientras que otro tipo hip-hop lo pueden disminuir”, comenta Porta.