Popular desde hace un tiempo en Estados Unidos, aún son pocas las marcas que, en España, se atreven a emplear el ‘cinemagraph’, un híbrido entre vídeo y foto que consigue captar la atención del espectador, trayendo para las compañías que apuestan por él tasas de conversión más elevadas en sus campañas digitales.
Creado por los fotógrafos Jamie Beck y Kevin Burg y presentado por primera vez en la Semana de la Moda de Nueva York en 2011, el cinemagraph es una técnica que permite añadir a una fotografía un movimiento sutil que se reproduce en un bucle corto e infinito. Es decir, una parte de la imagen se mueve mientras que el resto se mantiene como una foto fija.
Este tipo de archivo multimedia no debe confundirse, sin embargo, con el GIF, un documento de vídeo de baja calidad, según explican Arnau Seix y Adrià Coll, fundadores de Titbit.tv – una de las agencias pioneras en España en ofrecer este tipo de fotografías-.
“El cinemagraph, como una foto o un vídeo, es un soporte distinto, aunque esté a medio camino entre ambos. Dura como mucho 10 segundos, y se crea de tal manera que el espectador no puede saber cuándo empieza y acaba. Es un ‘loop’ perfecto”, subrayan.
Esta técnica se ha popularizado en Estados Unidos y en Europa y España, las marcas comienzan poco a poco a apostar por ésta. “Lo que aporta es tan increíble a todos los niveles, tanto de ROI como de imagen de marca y creatividad”, destacan desde la agencia.
Ponen como ejemplo los casos de Pepsi, Microsoft o Mercedes-Benz. Según datos de Flixel – plataforma internacional de cinemagraph-, la firma de refrescos ha incrementado su CTR un 75% y su nivel de engagement un 51% en las campañas digitales que emplean esta técnica. En Microsoft, han logrado un aumento de fidelización o compromiso hacia su marca de un 85%, y en Mercedes-Benz, un 34% más de recuerdo de marca.
Este tipo de recurso creativo se puede emplear en cualquier lugar que soporte vídeo, aunque están especialmente pensados para el canal digital, utilizándose, sobre todo, en campañas de marketing digital. Estos contenidos se pueden ver en banners, páginas web y blogs, en newsletters y redes sociales, pero también en pantallas digitales y vallas publicitarias.
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