Una cartera digital de identidad en Europa, posible realidad en 2024

La Comisión Europea está invirtiendo 46 millones de euros para desarrollar un e-wallet que almacene de forma segura los datos de los ciudadanos europeos para su compartición (o no) con empresas e instituciones.

La Unión Europea busca promover interacciones digitales seguras en todos los Estados miembro a través de la llamada eIDAS2 (Identificación electrónica, Autenticación y Servicios de confianza 2, en sus siglas en inglés), la segunda versión del reglamento de Identificación Electrónica, Autenticación y Servicios de Confianza, que a nivel práctico permitirá a los usuarios contar con una cartera digital con todos sus datos. 

Según prevén desde el organismo, para 2030, el 80% de los ciudadanos europeos dispondrán de una Identidad Digital Europea que les permitirá realizar trámites y procesos tanto en empresas públicas como privadas, con más facilidad y seguridad. Esta identidad digital se materializará en una cartera digital (e-wallet), que tendrá como base el DNI electrónico – en el caso de España-, y al que se podrán incorporar otros datos como el carné de conducir, títulos universitarios o certificados de titularidad de una cuenta bancaria. 

El objetivo, recuerdan, es posibilitar la identificación y que los usuarios puedan compartir su información con empresas, además de instituciones públicas europeas. 

Para el desarrollo técnico de dicha cartera, la Comisión Europea está invirtiendo 46 millones de euros en el programa Europa Digital. Actualmente, hay cuatro pilotos a gran escala activos. En uno de ellos, el EWC (siglas en inglés del Consorcio de Cartera Europeo), participa la firma tecnológica de pagos Worldline, que ha presentado un Centro de Identidad Digital para ofrecer a través de una única integración acceso al ecosistema europeo de identidad digital, que permitirá, entre otras opciones, pagos, suscripción a servicios o verificación de la edad. 

El objetivo es aprovechar el potencial de la identidad digital sin enfrentarse a la compleja y costosa integración con los diferentes actores de su ecosistema (por ejemplo, el próximo wallet de identidad digital nacional, los wallets de identidad privados, los proveedores de identidad, los proveedores de servicios de confianza…) y a los requisitos de interoperabilidad. Además, permite el cumplimiento de la próxima normativa de la UE sobre identificación de usuarios finales, proporciona una experiencia digital fluida, y facilita a las partes de confianza datos digitales fiables y verificables, informan desde la firma tecnológica. 

El pasado 8 de noviembre el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE alcanzaron un acuerdo sobre la segunda versión del reglamento de identidad digital europea. Pendiente aún de obtener la aprobación formal, se prevé que llegue al diario oficial de la UE en marzo de 2024.