Lo hemos leído, oído y pronunciado hasta la saciedad: la crisis de la Covid-19 ha supuesto la aparición de nuevos retos y oportunidades para las marcas. Pero, ¿cuáles son concretamente estos retos? ¿Y cómo hacerles frente en el día a día y de forma práctica para convertirlos en una oportunidad de crecimiento?
Transformación digital acelerada
Por una parte, es obvio que estamos viviendo una transformación digital acelerada que pone de relieve la necesidad de incorporar nuevos procesos, herramientas e incluso cultura de negocio. Lo que hasta hace poco sonaba a futuro – uno del que se desconocía su alcance e importancia-, ahora es ya una realidad. Siete de cada 10 empresas han tomado el camino de la digitalización (Salesforce) con el objetivo reducir en la medida de lo posible el impacto de la crisis y dela situación actual en la economía de las empresas, y por tanto de la economía general.
Sin embargo, España todavía se sitúa en el puesto 45 en el ranking de economías más digitalizadas, lo que nos deja por debajo de la media europea.
Será la auténtica digitalización de nuestros puestos de trabajo lo que permita mantener los niveles de productividad y las cifras de negocio.
Omnicanalidad y customer journey ampliado
Pero esta digitalización de las empresas no es causa sino consecuencia de otra digitalización. La de la sociedad en general (y de los procesos de compra en particular). Si bien el consumidor sigue prefiriendo los establecimientos físicos, el canal online se ha convertido en un obligado en estos tiempos.
Esto ha provocado que las marcas deban reforzar su presencia en esta plataforma, o directamente comenzar su andadura en ella. Nuevos materiales, nuevo lenguaje, adaptaciones, formaciones… Todo un reto para responder de forma coherente a un customer journey ampliado.
Dispersión de equipos
Y el 2020 ha supuesto también la aceleración o radicalización de realidades que ya venían sucediéndose. Si bien algunas de estas cuestiones tenderán a desacelerarse una vez superada la situación socio sanitaria, otras han llegado para quedarse. Es el caso de la dispersión o descentralización de los equipos.
La globalización del staff de las compañías llevaba años produciéndose, pero el distanciamiento social ha precipitado la movilidad y descentralización de los equipos. Para que lo niveles de productividad no decaigan y los empleados de una organización puedan desempeñar su trabajo de una manera adecuada, con independencia de dónde se encuentren, será necesario establecer nuevos protocolos de actuación, una nueva forma de gestionar los procesos e incluso de celebrar las reuniones para cohesionar los equipos y resultados.
La tecnología cómo ayuda: el brand center
Ante este panorama, la tecnología se ha convertido en el principal aliado para afrontar los nuevos retos. Cada día somos testigos de cómo irrumpe para facilitar la labor de todos los niveles de la compañía y áreas organizativas.
En momentos como el que vivimos, es necesario disponer de herramientas que se encuentren al alcance de todos los colaboradores de la empresa y permitan gestionar de manera eficiente todos los recursos, personas y procesos.
“Si no tienes herramientas que te ayuden a hacer frente al nuevo mundo puedes volverte loco”, asegura en este sentido el experto mentor y asesor en negocios digitales y profesor de Esade, Óscar Vayreda.
Así, el ámbito de las marcas, el marketing y la comunicación no es una excepción y también ha vivido una explosión de herramientas desarrolladas con el objetivo de gestionar las marcas de manera totalmente digital.
“Las herramientas para la gestión de marca y marketing son hoy en día imprescindibles para empleados y compañías. De lo contrario, se va por detrás del devenir de la compañía, se gestiona una marca a remolque. Y el valor añadido es precisamente liderar la marca estando por delante. Tener la capacidad de avanzar es lo que permite a una marca llegar hasta donde quiere”, asegura el profesor de Esade.
Para eso es necesario aumentar la capacidad de gestión, respuesta y control, contando a veces con menos recursos (agencias, partners o equipos). Con plataformas como los brand center, que permiten hacer un seguimiento sistemático y desde la distancia de cualquier proceso, material o equipo, puede lograrse.
Así, herramientas como el BrandCenter Aggylon permiten descentralizar (compartir) los recursos y centralizar la gestión, crear piezas de comunicación de online a partir de templates de manera ágil y desde cualquier dispositivo, impartir formación sobre los criterios que fundamentan la marca en aquellos lugares que ahora no están al alcance, compartir recursos de forma ágil y global o localizarlos gracias el motor de búsqueda avanzado que facilita muchísimo el trabajo y ofrece garantías de que las imágenes son accesibles y actualizadas en términos de identidad y derechos de uso, etc. Todo para asegurar que todos los colaboradores utilizan los assets correctos.
Otro beneficio importante que una herramienta como Aggylon proporciona a la compañía es el control de procesos y las aprobaciones online que gestionan desde un ‘Brand Guardian’. En definitiva, estar más cerca de los colaboradores y garantizar una gestión eficiente y sin errores con el objetivo final de preservar el valor de la marca.
Pero la gestión de este intangible de gran valor para el negocio no es exclusiva del departamento de marca (responsable de generar las normativas y recursos de marca), sino que están manos de muchos departamentos de la empresa que operan con ella. Garantizar una metodología agile y horizontal en tiempos de digitalización, dispersión y omnicanalidad, será clave para el futuro del negocio.