La crisis sanitaria originada por la pandemia de coronavirus no sólo ha impactado en los resultados económicos de las compañías. También, en su reputación e imagen. Más del 80% de responsables de reputación y comunicación corporativa a nivel global comparten la opinión de que su función se ha visto impactada directamente por el COVID-19, y de estos, un 59% afirma que tal impacto ha sido “muy importante”.
Así lo indican los datos del último estudio de Ipsos, ‘Global Reputation Council’, tras haber recogido las percepciones de 150 profesionales de la gestión de la Reputación y la Comunicación Corporativa en 19 países, con el foco puesto, este año, en la pandemia de coronavirus.
Entre las principales conclusiones, el hecho de que una mayoría de ‘dircom’ (84%) considere que la crisis sanitaria ha impactado en su función y que un 59% opine, además, que dicho impacto ha sido “muy importante”. De ahí que algo más de la mitad (58%) piense que, a medio plazo, tendrán en cuenta las consecuencias del coronavirus a la hora de planificar las comunicaciones de la compañía, frente a un 38% que cree que será un tema a largo plazo.
Preguntados acerca del papel que han adquirido las corporaciones en la batalla contra la pandemia, un 75% las sitúa como líderes a la hora de luchar contra ésta. Una percepción que podría deberse a la tendencia entre las compañías de adoptar un propósito social ante las peticiones de empleados, inversores y sociedad en general, que esperan que las empresas se impliquen más en la solución de los problemas que les preocupan.
Según ha explicado Carmen Dato, directora de reputación de Ipsos España, “la crisis del coronavirus ha puesto de relieve la importancia del propósito social para crear confianza en las empresas y poder alcanzar el éxito a largo plazo”.
En este sentido, un 77% de responsables de comunicación coincide en que las empresas deben tomar un rol social y de responsabilidad. Pero también recuerdan que las compañías son sólo una parte de la solución y que para llegar a ésta, ha de haber colaboración con las administraciones públicas y otros agentes sociales. “La definición de la agenda debe ser competencia del gobierno”, destaca el informe.
Según los responsables consultados, cuestiones como la cohesión social y el medio ambiente ganarán un mayor protagonismo en las agendas corporativas. El valor compartido será el nuevo imperativo económico y el propósito social, la guía que inspire la estrategia corporativa, tal y como lo percibe el 80% de los encuestados, que señalan, además, que esta tendencia no será reversible.
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