Salud y practicidad, el cambio en el consumo de alimentos

El 85% de los consumidores creen que los productos procesados son dañinos para la salud, pero el consumo de productos envasados ha crecido significativamente.

Cuidar más la salud, tanto física como mental, es una tarea pendiente para 2 de cada 3 hogares. Sin embargo, esta preocupación incrementa hasta 69,55% en los jóvenes menores de 35 años frente al 59,5% de los mayores de 65 años, según el informe “Bienestar integral” de Kantar Worldpanel. Esta tendencia también se ve reflejada en los hábitos de consumo. 

Lo cierto es que el 85% de los consumidores creen que consumir productos procesados es dañino para la salud. Sin embargo, estamos ante una contradicción de los consumidores. Hay que entender que procesar los productos en la industria alimentaria no es una amenaza, solo es el tratamiento de los productos. 

Aunque los consumidores se muestran con cierto recelo a comprar productos procesados, la tendencia y los números dicen lo contrario. Así, el consumo de productos frescos ha caído un 18% en los últimos años. ¿El motivo? Los consumidores están concienciados con la importancia de cuidar su salud pero también necesitan productos que les aporten practicidad. Por ello, los productos envasados han experimentado un crecimiento considerable: el consumo de legumbre ha aumentado un 2% versus el 13% que lo ha hecho las legumbres cocidas. Ocurre lo mismo con el consumo de arroz, aumentado un 1% en comparación con el incremento del 32% de la compra de los vasitos de arroz. 

Somos lo que comemos

Una “moda” que comenzó en los años 80 y 90 con el auge de los productos lights hasta el día de hoy, donde la industria adapta su oferta en función de la demanda del consumidor. Por ello, en la actualidad lo que demanda el consumidor son alimentos que ofrezcan un beneficio intrínseco y aporte nutrientes positivos a su dieta. 

Estos productos se benefician de entrar en momentos más recurrentes como desayunos, comidas y cenas entre semana, lo que les ofrece un potencial de crecimiento más elevado. Sin embargo, hay otros productos que, al no encajar en este nuevo marco de salud, están viendo como su consumo se desplaza paulatinamente a momentos menos recurrentes (snacking entre horas), donde la salud pierde relevancia en favor del placer.