La pandemia ha provocado cambios en todos los ambitos y esto también ha afectado al consumo de medios en España. La situación de emergencia generó una necesidad informativa sin precedentes y eso también obligó a millones de personas a buscar información en todos los medios de comunicación que tenían a su alcance. Como consecuencia uno de los fenomenos que se ha podido observar es como los jóvenes, que habían dado la espalda a la televisión para caer en brazos de los formatos digitales, regresan a la pantalla tradicional, según un estudio de la UOC sobre el impacto de la COVID-19 en el consumo de medios de comunicación en España.
El informe concluye que la televisión es el medio más utilizado para informarse sobre la pandemia, aunque también se han registrado incrementos en otros ámbitos. Pero uno de los cambios más notables ha sido que la televisión generalista ha recuperado mucha parte de la audiencia que había ido perdiendo en los años anteriores a favor de los medios digitales, sobre todo entre los más jóvenes.
De acuerdo con el estudio, los periódicos digitales tienen un 45 % más de páginas vistas y han incrementado su tráfico un 100 %, la audiencia digital de la radio en línea crece en un 112 % (y se posiciona como uno de los medios que más confianza inspira a la audiencia) y la televisión en línea en directo suma un 93 % de usuarios únicos.
Los incrementos más relevantes se registran entre los jóvenes de entre 13 y 24 años y por franjas horarias. Las mañanas, la sobremesa y las tardes son las franjas que más aumentan, alrededor de un 25 % del total de la población. Por otra parte, también están experimentando un gran crecimiento los informativos, con un aumento del 65 % en su consumo diario.
Los jóvenes vuelven a la televisión
Sobre el consumo televisivo, el estudio destaca el incremento en todos los públicos objetivos, pero hace hincapié en el 147 % de incremento en el colectivo de 18 a 39 años, y en el 82 % en el caso de hombres de entre 18 y 70 años. «Estos jóvenes ya hacía un tiempo que habían dejado de lado la televisión para hacer un consumo de medios digitales.»explica Mireia Montaña, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, «su comportamiento era el de querer consumir lo que deseaban en el momento y en el lugar que querían» y «por ello su consumo se hacía sobre todo a través de dispositivos portátiles».
Sin embargo, la pandemia, resalta la profesora, «ha comportado un grave incremento de noticias falsas, sobre todo en las redes sociales y en los mensajes compartidos con amigos o familiares». En consecuencia, «en un momento de tanta incertidumbre, el consumo mediático de estos jóvenes, que han mostrado un razonamiento más crítico, ha sido volver a la televisión, que ofrecía información de fuentes oficiale»», añade Montaña, también investigadora del grupo Aprendizajes, Medios de comunicación y Entretenimiento (GAME) de la UOC.
El estudio también subraya que los programas de televisión infoshows consiguen acumular más audiencia que los informativos tradicionales. Un comportamiento que se vincula a la necesidad de «evasión».
Por último, el consumo de las plataformas de transmisión libre (OTT), como Netflix o HBO, ha crecido considerablemente durante el periodo. Los datos muestran un elevado incremento en todos los colectivos, sobre todo entre los individuos de 18 a 39 años (53 %). Montaña asocia el crecimiento en este ámbito al confinamiento de marzo y avisa: «Ahora habrá que ver si esta tendencia se seguirá manteniendo o si se irán produciendo bajas de suscripción».
El estudio concluye que los medios menos utilizados para informarse sobre la evolución de la COVID-19 son internet, redes sociales, radio, información proporcionada por familiares o conocidos y prensa en papel. Aunque no destaca el consumo de radio para mantenerse informado, este medio es considerado como el más creíble, junto con la televisión.
Recuperar la credibilidad
La pandemia, de acuerdo con las cifras del estudio, ha permitido que los medios tradicionales hayan recuperado cierta credibilidad. Montaña cree que este retorno de la confianza de la audiencia a los medios tradicionales no se puede dejar de relacionar con el «momento de tanta incertidumbre y noticias falsas corriendo por la red» que se vive. «Como la propia UNESCO reconoció, las noticias falsas se propagaron de modo más rápido y peligroso que el propio virus durante este periodo», destaca la profesora. La necesidad de primicias rápidas hizo caer algunos diarios digitales en la trampa de ciertas noticias falsas. «Algunos de estos soportes también acabaron publicando noticias que acaban por no ser ciertas, debido a la falta de contraste entre suficientes fuentes», apunta Montaña.
La profesora recuerda, además, que «los comunicados oficiales se hacían en directo por televisión, lo cual daba credibilidad al medio», desde el que se podían hacer seguimientos de las ruedas de prensa y así obtener la información prácticamente sin intermediario. «Sin embargo, los programas televisivos que lograron más audiencia durante el confinamiento no fueron las noticias, sino los infoshows, pone de relieve la profesora, e insiste en que la población, a pesar de la gravedad de las informaciones, «se quería mantener informada, pero desde un punto de vista más ameno y no tan dramático».