La pandemia de coronavirus ha afectado a una diversidad de compañías. Las más damnificadas, las de pequeño tamaño, de ahí que más de la mitad de los consumidores decidan aportar su granito de arena y ayudarles a avanzar, adquiriendo sus productos y servicios.
Es lo que se denomina ‘small shopping’, una tendencia al alza según los datos de la última encuesta realizada por Vistaprint. Un 62% de encuestados afirma querer apoyar a los pequeños negocios de su comunidad a recuperarse de los efectos del confinamiento. Mientras que un 38% asegura que, a partir de ahora, comprará en este tipo de establecimientos más que antes de la pandemia. Se suman aquellos que están dispuestos a pagar más por un producto o servicio en el pequeño comercio (24%).
Durante los meses de confinamiento, una de las actividades que más echó de menos un 63% de encuestados fue la compra presencial en un negocio local. Cuatro de cada 10 han extrañado el trato cara a cara con los propietarios de los negocios y un 35%, la atención personalizada y presencial.
Aún así, un 81% adquirió artículos en tiendas de su comunidad durante la cuarentena y un 68% se mantuvo en contacto con los pequeños negocios. Para ello, el medio más empleado ha sido el teléfono (49%), seguido de las redes sociales (45%) y la página web, a través de emails corporativos (34%).
Una tendencia que se prevé que continúe a futuro, ya que un 39% asegura que hay más posibilidades de que compren en pequeños negocios que se mantuvieron activos online en los meses en los que duró el confinamiento.
Con el regreso a la denominada ‘nueva normalidad’, la seguridad se afianza como la principal preocupación para regresar a la tienda física. Un 76% considera imprescindible que los establecimientos limiten el aforo. Mismo porcentaje demanda ser atendidos por personas con mascarillas. Y tres de cada cuatro exigen pruebas de que éstos se limpian de forma regular.
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