X, el nuevo logo de Twitter, un riesgo para el branding de la plataforma

Twitter es una marca con un alto grado de conocimiento que incluso tiene un verbo asociado, el de tuitear. El rebranding, según los expertos, pierde identificación y reconocimiento.

Elon Musk ha decidido jubilar al pajarito azul icono de Twitter. Tras haber cambiado el pasado abril la denominación de la compañía a X Holdings Corp., el magnate camina hacia la conversión de la plataforma de microblogging en una super app, con la retirada en primer lugar del logo del pájaro azul y la colocación de una X en su lugar. 

Un cambio que se ha convertido en trending topic a lo largo del lunes en la propia red social, por lo trascendente del tema, ya que, tal y como recuerda Javier Velilla, socio director de la agencia de branding Comuniza, Twitter es una marca con un alto grado de conocimiento que incluso tiene un verbo asociado, el de tuitear. 

Con el rebranding se pierde todo esta identificación y reconocimiento, especialmente crítico por el momento delicado de la plataforma”, comenta. De ahí que quizás “no parece que este cambio se deba a un proceso de branding convencional con necesidades de negocio, sino a los gustos personales del nuevo propietario”. 

A comienzos de año, Elon Musk informó a través de su perfil social de su objetivo de transformar Twitter en X, una aplicación que reúna todo tipo de funcionalidades, similar a lo que ya ocurre en China con WeChat. El primer paso lo dio en abril, cambiando la denominación de la compañía a X Holdings Corp. y el siguiente, el cambio del logo, ya activo, y la redirección de twitter.com a x.com, aún pendiente. 

Para Velilla, “este tipo de alteraciones tan abruptas son un error y la historia demuestra que las percepciones son más rígidas de lo que pensamos, ya que una gran marca no debería desprenderse de su patrimonio con tanta ligereza”. 

Según recuerdan desde la agencia de branding, la creación de una nueva marca transita siempre por tres etapas tras su lanzamiento: la implantación, la naturalización y la consagración. La implantación es el nacimiento y en muchas ocasiones viene asociada a polémicas, por lo que necesita mucho respaldo promocional. 

La naturalización, el siguiente paso, está relacionado con la capacidad de una identidad visual de actuar realmente como sinónimo de una organización o producto. Una fase que no es sencilla, de acuerdo con Velilla. “Lo acabamos de ver en el Atlético de Madrid, que vuelve al pasado. Pero hace unos años tuvimos un caso equivalente en España: el portal de anuncios Segunda Mano, que se transformaba en Vibbo. En aquel momento era el portal líder en España, con más de 10 millones de usuarios”. 

Mientras que la consagración, última fase, implica que la identidad visual de una organización o producto es la única posible. Y en el caso de Twitter, “ya estaba en esa etapa, y no será sencillo transformar operaciones y, sobre todo, percepciones”, sentencia el experto.