Las campañas WhatsApp son escasas y relativamente recientes, a pesar de que la app de mensajería instantánea más popular a nivel mundial se desvela como una herramienta de marketing de gran potencial, a pesar de que aún no esté plenamente habilitada como soporte publicitario.
Whatsapp cuenta con 1.500 millones de usuarios a nivel global, 25 millones de los cuales son españoles. Más de la mitad lo usan a diario y más de un 40% declara usarlo “continuamente”. Esto convierte a la aplicación de mensajería en un canal de comunicación con un alcance extraordinario en la difusión de mensajes publicitarios.
A pesar de que las campañas de WhatsApp marketing no son nada nuevo y que importantes marcas ya han experimentado con las posibilidades que -hasta el momento- la aplicación ofrece, no suele ser habitual que se incluya en los planes de marketing. No deja de resultar sorprendente, ya que se le atribuye una efectividad aún mayor que la que posee el e-mail marketing.
Además, es un canal que contribuye a la democratización: no hace falta ser una gran marca ni contar con un elevado presupuesto para orquestar una campaña de WhatsApp marketing, tan sólo hace falta invertir en hacerse con una base de suscriptores relevante y dedicar un poco de tiempo a pensar en qué mensajes publicitarios se difundirán y de qué forma para que resulten atractivos.
La regla de oro en las campañas de WhatsApp marketing es no ser intrusivo. Hay una fina línea entre impactar y molestar a un usuario que concibe este canal como de elevada privacidad, donde mantiene conversaciones íntimas de toda índole y en el que no espera un bombardeo de mensajes agresivos o carentes de interés.
Por ello, una buena campaña en WhatsApp comienza con una propuesta de auténtico valor. El usuario debe sentir que la conveniencia pesa más en la balanza que la privacidad, y eso se consigue con la promesa de recepción de mensajes de auténtico interés: ofertas exclusivas, novedades relevantes, primicias, alertas de chollos, etc.
Sin embargo, la versión para usuarios se queda corta si lo que queremos es orquestar una campaña en WhatsApp con foco en una gran base de suscriptores, sujeta a segmentación o que requiera una medición posterior. En ese sentido, WhatsApp Business puede facilitar un poco las cosas, pero no mucho. La versión para negocios de la app de mensajería incorpora algunas mejoras, pero muy básicas. Aunque es seguro que asistiremos a su desarrollo próximamente, cuando Facebook, su propietario, determine las posibilidades publicitarias de este canal.
Es complejo. No se espera que el usuario tolere ver interrumpidas su conversaciones con anuncios. Además, la garantía de privacidad del cifrado de extremo a extremo hace imposible conocer el perfil del usuario y cuáles son sus intereses. Estos dato sólo se pueden obtener a partir de un cruce de datos, con el número de teléfono como nexo de unión: el número de teléfono (en el caso, claro está, de que el usuario lo haya facilitado a Facebook).
La red social ha anunciado que el próximo año se comenzará a experimentar con publicidad en WhatsApp, insertada dentro de los “estados”. La publicidad en las conversaciones se limitará a aquellos hilos que el usuario tenga abiertos con las propias marcas y se sofisticará del único modo en que puede hacerse: a través de distintas opciones visuales y formatos destacados.
Mientras ese momento llega, los anunciantes pueden comenzar a experimentar con esta potente herramienta a través de las comunicaciones a listas de difusión y, cómo no, brindando un servicio de atención al cliente sin precedentes: inmediatez, atención permanente y fluidez en la gestión son tres valores que el usuario espera a través de este canal. Y es posible ofrecerlo sin demasiado esfuerzo o inversión, incorporando WhatsApp a la rutina del call center.
Autora del texto: Elena Lostalé, marcom manager de Kanlli.
Conoce más detalles y descubre casos de estudio de campañas en WhatsApp en el blog de Kanlli.