Web 3.0, hacia una Red más inteligente y social

Aprovechando este aniversario, intentaré predecir cómo evolucionará la web en los próximos años, tarea casi imposible si tenemos en cuenta

Aprovechando este aniversario, intentaré predecir cómo evolucionará la web en los próximos años, tarea casi imposible si tenemos en cuenta que la innovación que se produce durante una década en el mundo analógico suele concentrarse en un par de años en el mundo digital. No obstante, si analizamos algunos de los aspectos clave del desarrollo tecnológico de los últimos años, podemos aventurarnos a señalar algunas tendencias de cara al futuro próximo.

Simplificando la historia de la web, podemos decir que durante la primera etapa básicamente pudimos conectar máquinas y documentos entre sí. Esta primera fase termina con la explosión de la conocida burbuja puntocom en el año 2000. Tras concluir esta fase pasamos a la archimencionada Web 2.0, concepto acuñado por Tim O’Reilly en 2001 y que es donde nos encontramos en estos momentos. Esta segunda fase representa una web más colaborativa que permite a sus usuarios acceder y participar en la creación de un conocimiento ilimitado y, como consecuencia de esta interacción, se generan nuevas oportunidades de negocio para las empresas.

Por último, evolucionaremos hacia una tercera fase, conocida también como Web 3.0 o Web Semántica, donde todos los datos estarán interconectados a través de información complementaria publicada por los usuarios, que no sólo enriquece a la misma sino que ayuda a almacenarla. Esta nueva web permitirá a los usuarios compartir, procesar y transferir información de forma sencilla y, por tanto, obtener mejores resultados en la búsqueda de información en la Red.

BUSCADORES BASADOS EN LENGUAJES NATURALES. La evolución tecnológica de los últimos años parece indicar que la búsqueda de información en Internet será una tarea aún más sencilla de lo que es hoy en día. Los actuales buscadores se convertirán en herramientas más inteligentes que reconocerán nuestra voz y mediante las cuales realizaremos búsquedas a través de preguntas en lugar de escribir un par de palabras clave, tal y como hacemos actualmente. Los buscadores nos mostrarán los resultados de forma personalizada, atendiendo a nuestro perfil en Internet, y en todo tipo de formatos multimedia (textos, vídeos, imágenes, sonidos, etc.).

AUGE DE LA COLABORACIÓN E
INTELIGENCIA COLECTIVA. La posibilidad que nos ofrecen las redes sociales, como Youtube, Flickr o Delicious, de compartir e indexar de forma sencilla todo tipo de contenido (vídeos, fotos, textos, etc.) es, en esencia, el proceso de creación de la Web Semántica que estamos describiendo. No sólo estamos subiendo y compartiendo contenido a la web social; además, estamos aportando datos clave a través de la publicación de etiquetas que definen el contenido publicado. Al aportar más información complementaria, el contenido podrá ser indexado con mayor facilidad por las máquinas y los buscadores y, por tanto, los usuarios podrán encontrarlo y reutilizarlo con mayor productividad.

Aunque en estos momentos el proceso de indexación semántica del contenido está liderado por los ciudadanos con un enfoque de abajo arriba, varios expertos indican que la Web 3.0 complementará este esfuerzo de etiquetado ciudadano con criterios profesionales de diseñadores y programadores para mejorar el proceso de búsqueda y resultados.

GESTIÓN DE NUESTRA IDENTIDAD
VIRTUAL. Por último, la Web 3.0 también nos permitirá identificar personas en la Red. Varios expertos están elaborando nuevos lenguajes informáticos, como el proyecto FOAF (Friend of a Friend), que nos permitirá crear descripciones de personas con todo tipo de detalles sobre sus intereses, aficiones y posibles vínculos personales o profesionales con otras personas. Aunque esta evolución tecnológica puede verse como positiva en algunos contextos, también nos obligará a redefinir los conceptos de intimidad y privacidad. La gestión de nuestra identidad virtual se convertirá en una de las principales prioridades en la Web 3.0. La futura web social ofrece grandes posibilidades a los ciudadanos, pero sus usuarios deberían ser conscientes de que su gratuidad y éxito se basan en la cesión de nuestros datos personales para fines comerciales.

En resumen, el comportamiento y experiencia que tenemos hoy en día a la hora de buscar información en la Red o relacionarnos con nuestros amigos en las redes sociales no tendrá nada que ver con las facilidades y resultados que nos ofrecerá la Web 3.0 cuando pueda indexar sitios web y perfiles de personas con más semántica e interconectar todos estos metadatos entre sí.

(*) Javier Celaya es asesor de tendencias web del Grupo BPMO y autor del libro La empresa en la Web 2.0.