“Un reloj necesita ser tocado y mirado de cerca”

La relojería de lujo vive uno de sus mejores momentos, impulsada por la demanda asiática y la evolución de los

Marzio Villa. Entrevista IPMARK
Marzio Villa, presidente de Diarsa (Distribuidora Internacional de Alta Relojería)

La relojería de lujo vive uno de sus mejores momentos, impulsada por la demanda asiática y la evolución de los gustos, especialmente los masculinos. La distribuidora internacional de alta relojería Diarsa comenzó su trayectoria en España en 1981 con la introducción de la marca suiza Hublot. Desde entonces la compañía presidida por Marzio Villa ha introducido en España las primeras firmas de la relojería mundial.

¿Qué marcas de alta relojería distribuye Diarsa en España actualmente? ¿Sigue siendo Hublot su buque insignia?

La historia de Diarsa nació justamente con Hublot y sigue siendo el buque insignia de Diarsa porque lo hemos hecho brillar. Es nuestro orgullo. Pero ya en 1981 me di cuenta que en España también había mercado para otras marcas como Blancpain, Gérald Denta, Daniel Roth, Bertolucci, etc. De ahí hasta ahora, que seguimos Hublot, Ulysse Nardin, Cuervo y Sobrinos, Eberhard, Dietrich, Clerc, Boucheron y más firmas que vamos incorporando.

¿En qué momento se encuentra el sector? ¿Es cierto que no se ha visto afectado por la crisis?

Hay que distinguir. Las marcas que más han sufrido la crisis son las que se mueven en la horquilla de 5.000 a 20.000 euros. Sus clientes han tenido que hacer frente a otros gastos y al mismo tiempo mantener su estatus, recortando lo que son gastos superfluos. Por el contrario, los consumidores que pueden pagar relojes de más de 50.000 euros no tienen, en general, ningún problema para seguir comprando.

La demanda asiática ha sido una cosa fabulosa y una cosa también muy traicionera porque mucha fabricas se volcaron en la demanda asiática creando venta, creando stock, y se han encontrado luego que esto ha caído de golpe, no por falta de dinero, sino por organizaciones estatales que han hecho que se bloqueara un poco este correr detrás de una demanda superflua.

¿Cuál es el gran mercado para la alta relojería en estos momentos? ¿Qué lugar ocupa España?

El mercado de la alta relojería en este momento está muy repartido entre Asia, Japón y América, este último sin grandes luces pero con un alto poder adquisitivo y ganas de satisfacerlo con la relojería. Europa está muy tocada por crisis económica y por una crisis de valores, por lo que está en una situación de espera. El mercado español también está a la expectativa.

¿Por qué no existe una industria española de alta relojería?

España ha llegado la última a la relojería dentro de Europa. Nunca ha tenido tradición. Algo similar ocurre en Italia, que ha sido hasta hace pocos años un monstruo en el consumo de alta relojería, pero que tiene datos ridículos de producción y tampoco cuenta con marcas de prestigio.

¿Cómo es el consumidor de los relojes de lujo?

Tiene recursos y afición por los automóviles, la moda, los viajes…es una persona que se da caprichos y que quiere mostrar símbolos de estatus en su entorno.

¿Son las revistas el medio más afín para la alta relojería? ¿Y la televisión?

La alta relojería hay que contarla, y más que la publicidad como tal, lo que funciona son las relaciones públicas, los reportajes, los catálogos, el aporte mediático de todos los soportes digitales, etc.

La televisión es un medio fantástico pero de difusión masiva y, por lo tanto, con un porcentaje muy alto de público sin poder adquisitivo para acceder a la alta relojería.

¿La publicidad de las marcas distribuidas por Diarsa viene fijada internacionalmente?

Las marcas que Diarsa distribuye son internacionales por lo que van apoyadas por una campaña global. Nosostros tenemos autonomía pero conviene siempre mantenerse en la línea con la imagen que las compañías quieren divulgar en mundo entero y respetar el concepto de marca.

Las grandes marcas de relojería están en las redes sociales, pero ¿se pueden vender por Internet?

Depende siempre del público. Ahora bien, yo pienso que un producto de alto nivel necesita ser tocado, ser mirado de cerca. Y en el caso de un reloj verlo en tu muñeca, calibrar el peso, observar sus líneas. Es un producto que, me parece, no se explica bien desde una imagen en Internet.

ANA EGIDO