Las redes sociales son una representación digital o virtual de lo que sucede en la sociedad acerca de los motivos de los discursos de odio. Sin embargo, existen ciertos “activadores” que avivan ese discurso en las RRSS, como son el anonimato y la distancia, las normas difusas, la impunidad o la falta de criterios de afinidad entre las personas. Tal y como han señalado los encuestados, de entre 15 y 29 años, para la investigación Discursos de odio sexistas en redes sociales y entornos digitales, elaborada por el Centro Reina Sofía, en colaboración de FAD y SigmaDos.
Twitter se ha convertido en la red social en la que los discursos de odio son cada vez más frecuentes y adquieren una dimensión más desproporcionada hasta el punto de “normalizarse”. Según los encuestados, se debe, principalmente, a que es la RRSS que más lo facilita, además de tener mayor grado de anonimato, las leyes y normas son más difusas y es la que menos permite introducir criterios de afinidad para ordenar, clasificar o seleccionar usuarios.
Los jóvenes encuestados también señalan a Facebook como otra de las RRSS donde el discurso de odio es más elevado. Al igual que Twitter, el anonimato y leyes difusas. Entre las respuestas, los usuarios eligieron la frase “Facebook es una mezcla de Instagram y Twitter: a lo mejor un día alguien se levanta enfadado con el Gobierno y pone no sé qué texto y al otro día, se va al campo con su familia y sube fotografías. Es una mezcla”. Por su parte, YouTube, parece ser otra red social en la que convergen discursos de este tipo, pero que suelen quedar bastante restringidos a los temas de los vídeos (música, divulgación…).
¿Y dónde hay menos discurso de odio? En WhatsApp, Pinterest, Snapchat, LinkedIn y TikTok. En el caso de la primera, no existe anonimato, facilita herramientas de control y bloqueo al usuario, y los grupos se crean en entornos cercanos (familia, deporte, trabajo…).
El limbo de Instagram
Facebook vuelve a aparecer. En este caso, la red social Instagram. Los usuarios encuestados indican que “a medida que ha ido orientando su estrategia hacia públicos más amplios y usos más generalistas, los discursos de odio han ido abriéndose paso”.
Los jóvenes encuestados, de entre 15 y 29 años, han indicado que estos discursos tienen “destinatarios identificados”, que encajan en personas o colectivos que “plantean cambios o transformaciones que cuestionan la estructura dominante. Según las respuestas, existen tres tipos de usuarios: los odiados, los testigos y los inocentes.
Discurso de odio sexista
Y acerca del discurso de odio sexista, las mujeres jóvenes son quienes muestran un rechazo más patente y una posición activa de denuncia, mientras que los hombres tienden a quitar hierro al problema, recurriendo a estrategias diversas. Entre ellas, se decantan por la normalización, utilizando el humor; otros optan por descolectivizar a las víctimas (son coas que pasan a personas aisladas) y aquellas que recurren a la vía de la deslegitimación.
Las principales temáticas que crean discusiones de este tipo son la identidad de género, la orientación sexual, el cuerpo y el aspecto y, uno de los principales activadores, son todos aquellos movimientos o activismo (feminismo, movimiento LGTB…). Al igual que hemos indicado, Twitter y Facebook recogen la mayoría de los discursos de odio sexista, mientras que en LinkedIn, WhatsApp y Snapchat, este tipo de mensaje es muy reducido.
Según la investigación los discursos sexista encuentran “un buen caldo de cultivo en aquellas redes sociales menos orientadas a lo textual, como Instagram o TikTok”, y son espacios sociales donde se “hacen presa” a quienes no tienen un cuerpo o un aspecto normativo. Así, los jóvenes encuestados añaden que “si Instagram o TikTok no son los principales contenedores de discursos de odio, en cambio, tienen un papel más protagonista cuando referimos al discurso de odio sexista”. Como ejemplo, una de las respuestas textuales fue “en Instagram hay lo que se llama gordofobia. Si estás gordo…”.
Mujeres, foco de los discursos de odio sexista
Y en este universo social, las mujeres vuelven ser las principales víctimas de los discursos de odio sexista en redes sociales, así como aquellos usuarios que muestran en RRSS su identidad de género, orientación sexual, aspecto físico, aficiones o gustos que salen de lo “normativo”.
Los principales responsables son principales hombres, como señalaron algunas respuestas de los jóvenes : “siempre está el típico que escribe bien, pero rápido te salen ocho tipos que escriben barbaridades o a la mínima te insultan”, “los comentarios más agresivos y dolorosos lo hacen los hombres”.