Los esfuerzos que trae consigo la vacunación para frenar la pandemia de coronavirus han obligado a que, en ciertos países, marcas alejadas del sector de la Salud se asocien con las autoridades públicas para ayudar en tal crucial tarea. Así ha ocurrido en Estados Unidos con la participación en dicho proceso de Starbucks.
En concreto, la cadena de cafeterías ha anunciado un acuerdo con el estado de Washington en el que se compromete a destinar a un grupo de empleados para que asesore a la administración en diseño enfocado al usuario, modelos escalables y eficiencia operacional.
Así, en lugar de destinar sus establecimientos como centros de vacunación, la compañía empleará su conocimiento tecnológico y de logística para ayudar a la administración a que elija los centros donde vacunar y optimizarlos siguiendo principios de diseño centrado en el usuario e incorporando soluciones que ayuden a ganar eficiencia.
“Starbucks no es una compañía de salud, pero sí que operamos a escala 33.000 tiendas y servimos a 100 millones de clientes por semana”, ha subrayado en ese sentido Kevin Johnson, CEO de Starbucks.
La marca de cafeterías se ha asociado así al resto de rúbricas que también participan con el estado de Washington en la distribución de la vacuna y la inmunización de la población. Entre ellas destacan nombres como Microsoft, que aportará asistencia tecnológica; o Costco, que empleará sus farmacias para tal tarea.
Desde que se anunciara la disposición de las vacunas de Pfizer y Moderna para el proceso de inmunización, son varios los estados que en el país norteamericano se han asociado con empresas privadas para la distribución de los viales. Principalmente, compañías que ofrecen distribución farmacéutica como Kroger, CVS, Walgreens o Walmart. El caso de Starbucks es llamativo, ya que es una de las primeras rúbricas en asociarse con un estado sin tener una relación directa con el sector de la Salud.