La revista Nature valida el sistema de etiquetado ambiental Enviroscore

Este sistema desarrollado por dos empresas de investigación españolas califica la sostenibilidad de los productos de alimentación y bebidas.

La revista científica Nature ha publicado los resultados del estudio de dos centros de investigación españoles, creadores de Enviroscore, un sistema de etiquetado ambiental para la industria de alimentación y bebidas. 

La revista científica Nature ha avalado el algoritmo diseñado por Azti y KU Leuven, que sirve para medir el impacto ambiental relativo de los alimentos y las bebidas en el punto de venta. Según recuerdan ambas instituciones, da respuesta al vacío que existe en el campo de métodos de comunicación de la sostenibilidad de un producto al consumidor, que sean efectivos y viables en términos científicos. 

“Los métodos convencionales sólo comunican una de las categorías de impacto ambiental, siendo el cambio climático el más habitual, mientras que nuestra solución engloba 16 categorías diferentes como el cambio climático, la acidificación, el uso del suelo, el uso del agua y otros recursos en una única puntuación”, ha explicado Maite Cidad, investigadora de Azti

Para validar este sistema, los investigadores evaluaron la eficacia de este índice agrupado en una gran variedad de alimentos y establecieron los umbrales para traducir los resultados en 5 escalas de Enviroscore: A, B, C, D y E. 

Los resultados indicaron, por ejemplo, que en el umbral de cadenas de valor más sostenibles (A) se encuentran productos como la naranja, la harina de centeno o la bebida de soja, mientras que entre los productos menos sostenibles (E) están la carne de vacuno o el atún enlatado. 

“Se evidencia en general que, de media, los productos cárnicos tienen mayor impacto o que el transporte en avión también tiene un efecto negativo en el Enviroscore. Y también permite visualizar mejoras en cada tipo de producto. Cambiando el método de producción, el envase o el tipo de transporte puede alterar por completo la puntuación final”, añade la investigadora. 

Como resultado, se ha conseguido validar la robustez y sensibilidad de un método fiable y efectivo que permite comunicar en una etiqueta de la parte delantera del envase el cálculo del impacto ambiental de un producto alimentario, concluyen.