Repsol continúa su línea estratégica, presentada en diciembre del año pasado, de ser una compañía con cero emisiones netas en 2050, la primera del sector. Una lucha contra el cambio climático y empeño en liderar la transición ecológica, en consonancia con los objetivos de la Cumbre de París y los de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, la empresa ha ajustado sus resultados en casi 5.000 millones de euros.
La meta ‘verde’ de la entidad se presenta en una reducción progresiva de su indicador de intensidad de carbono sobre la base del año 2016: del 10% en 2025, del 20% en 2030, y del 40% en 2040, lo que le permitirá llegar a cero emisiones netas de CO2 en tres décadas. La compañía mantendrá el equilibrio entre las reservas de gas y petróleo, con una visión del gas como energía para la transición energética, y teniendo en cuenta también el papel activo que el petróleo debe jugar en un mundo más descarbonizado.
Ajuste de sus resultados
La corporación asume nuevos escenarios del crudo y el gas que le ha supuesto un ajuste de 4.849 millones de euros en el valor contable de los activos, que ha influido en el resultado neto de 2019 (-3816 millones de euros). El dato ajustado, que mide el desempeño de los negocios de la firma, alcanzó los 2.042 millones. Pese a experimentar caídas en la cotización media del crudo, entre otros datos negativos, Repsol aumentó su flujo de caja operativo en un 8%, hasta los 5.837 millones.
Así, esta fortaleza permite a la empresa avanzar en su compromiso activo contra la emergencia climática y, al mismo tiempo, mantener su política retributiva, que para 2020 incluye proponer a la Junta General de Accionistas una mejora adicional a través de la amortización de un 5% del capital social de la corporación.
Por otra parte, el resultado del área de Downstream fue de 1.456 millones de euros, frente a los 1.583 de 2018, y de Upstream, 1.050 millones, con una producción de 709.000 barriles equivalentes de petróleo diarios, alineada con la visión estratégica de priorizar la creación de valor.