Los consumidores de hoy en día, con la entrada en vigor del obligado cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) tienen más control de sus datos que nunca y están tomando conciencia del valor de estos, comenzando por reconocer que son ellos los que los poseen y los que deciden, en última instancia, para qué se pueden usar.
Esto supone una oportunidad única para que las empresas creen una buena relación, duradera y enriquecedora, a lo largo de todo el proceso de intercambio de datos con el cliente, donde, a cambio de proporcionar información, los consumidores reciben una mejor experiencia de cliente.
La llagada de la nueva regulación europea de Protección de Datos (RGPD) ha creado la necesidad de que todas las empresas adopten un enfoque verdaderamente centrado en el consumidor en todo lo relativo al gobierno y estrategia de datos.
Así, a medida que la “montaña” de datos globales ha ido creciendo inexorablemente, los reguladores han reconocido que las leyes existentes eran insuficientes para administrar cómo se gestionaban los datos. La introducción del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en mayo del 2018 era necesaria tanto para la situación actual, como para un futuro en el que el panorama digital está viviendo una rápida evolución.
El objetivo de esta nueva normativa no es otro que reforzar la privacidad de los datos, su transparencia de uso y la protección de los mismos para todos los ciudadanos de la UE, ya que está configurada para transformar procesos y estandarizar y proteger tanto a los datos como al individuo que los poseen. Los cambios clave incluyen el «derecho al olvido» de los consumidores, el derecho a ser informado sobre el uso de datos y el derecho a obtener copias de los datos personales con los que cuente una empresa.
Pero cuando se recopilan datos, debe hacerse de la forma menos intrusiva posible, ya que los usuarios no quieren ver perjudicada su experiencia de cliente. Hay muchos datos que se pueden recoger de una forma automática y ello permite a las empresas ofrecer a sus clientes un servicio personalizado o transacciones más rápidas e inteligentes, lo que, naturalmente, potencia una estrategia más centrada en el consumidor.
Gobierno del dato
De hecho, las organizaciones de mayor rendimiento ya cuentan con una sólida estrategia de gobierno del dato. Cuando la estrategia está establecida a un nivel adecuado, se obtendrá una calidad de datos sólida, lo que, evidentemente, les facilita a las empresas disponer de una imagen mucho más clara de sus clientes.
Seguir el recorrido del cliente en su interacción con la empresa es crucial, como lo es comprender sus hábitos y preferencias, sin agregar fricción a las transacciones que realice. Para ganar confianza, las empresas aún deben asegurarse de que sus Políticas de privacidad y los Avisos de recopilación de datos sean transparentes y describan claramente la finalidad y el uso de los datos. Inicialmente, esto podría ser percibido como una brecha, sin embargo, mediante la conexión efectiva de estas dos partes, ayudamos a construir y desarrollar un intercambio de valores de datos que establecerá buena voluntad entre ellos a largo plazo.
Para los clientes, entender claramente cómo y cuándo se usarán sus datos crea un mayor nivel de comodidad y confianza, hecho que se convierte en un círculo virtuoso, ya que ayuda a aumentar el interés de los consumidores, quienes pueden percibir la relación de beneficio mutuo como por ejemplo recibiendo ofertas más relevantes y apropiadas para ellos.
Con el análisis, la experiencia y el asesoramiento adecuados, se puede aprovechar al máximo las relaciones con los clientes y continuar ofreciendo las mejores ofertas o las más adecuadas a cada uno de ellos, al tiempo que garantiza el cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos y el gobierno de los datos.
Giovanna Benito González, digital account manager de Experian