Por no hablar de los chats, conversaciones a través de los móviles, las videoconferencias… Todo cambia, evoluciona.
Dentro de esta evolución se encuentran las redes sociales, la gran apuesta del presente y del futuro. Las empresas comienzan a percatarse de que éstas se están convirtiendo en un nuevo y potente canal de comunicación, por lo que muchas se han creado perfiles para dar a conocer sus marcas. Son un medio eficaz para fidelizar a los clientes, gracias a la cercanía con la que se presentan las marcas a sus públicos y a cómo interactúan con ellos.
Esta comunicación bidireccional que establecen las empresas con los usuarios de las redes sociales les permite segmentar su target y, además, crear una presencia positiva de marca en este entorno, que genera, la mayoría de las veces, tráfico hacia sus páginas web.
Incluso los partidos políticos utilizan estas nuevas tecnologías al servicio de mensajes oficiales e incluso muchos líderes son seguidos por miles de usuarios a diario y sus perfiles se tienen que actualizar minuto a minuto.
Estas webs basadas en comunidades de usuarios como Linkedin, Facebook o Twitter, entre otras, tienen el gran potencial de poder compartir en poco tiempo la información que desean con un gran número de personas sin la necesidad de tener un intermediario. Esta información va directamente al destinatario, por lo que llega de una manera inmediata y no corre el peligro de que sea manipulada.
Las empresas controlan los contenidos que se publican en sus perfiles. Además, tienen la posibilidad de recibir el feedback de los receptores y, de esta manera, establecer la conocida comunicación 2.0 con todos ellos.
El mundo de la publicidad y del marketing también ha visto en esta herramienta tecnológica un gran filón. Son ya numerosos los anuncios de publicidad que podemos ver en este tipo de portales e incluso las grandes compañías prefieren hacer sus campañas de marketing en estos medios tecnológicos.
Para las agencias de comunicación suponen el gran reto de incluir un canal más en sus planificaciones de medios, tanto para las inversiones publicitarias como para la emisión de noticias. Se trata de un nuevo modelo de comunicación que requiere un estilo ad hoc y lenguaje propio, limitado por la extensión de los mensajes, por la inmediatez y por el conocimiento de los destinatarios de la información.
No debemos quedarnos fuera de esta revolución, en la que los medios de comunicación se han convertido, en un abrir y cerrar de ojos, en infinitos. Debemos adelantarnos a las demandas de los clientes y ser capaces de reconocer sus necesidades para recomendarles la mejor red para su negocio. Porque una de las obligaciones que deberíamos imponernos es la selección. Es imposible llegar a todos en todos los canales. Elegir dónde vamos a estar no es solo una cuestión de estrategia, sino de pura supervivencia.
Montar plataformas de comunicación en las redes sociales es fácil… y ¡gratis! Podemos caer en la tentación de cubrir todas las que conocemos, todas las que nos cuenten, todas las que vayan saliendo. Pero ¿somos capaces de gestionarlo día a día? Estoy segura de que su respuesta será negativa. Por eso es fundamental seleccionar para poder hacer un seguimiento continuo. Ya se sabe que el que mucho abarca poco aprieta, así que será mejor tener solo una, sólida, actualizada, participada, que varias en las que sólo hay un par de entradas.
Pero el miedo a lo desconocido y a la inmensidad del panorama no nos puede impedir actuar. Porque, sin duda alguna, se tiene que admitir que las redes sociales han cosechado un auténtico éxito; pero como cualquier moda tiene sus defensores y detractores. Lo que está claro es que la capacidad de albergar a tanta gente en un mismo site es un privilegio que sólo tienen este tipo de portales.
Sea o no una moda pasajera, el boom actual de las redes sociales no hace sino reportar beneficios a los que están invirtiendo esfuerzo, ganas y dinero en ellas, consiguiendo de esta interactividad una gran rentabilidad. Las nuevas tecnologías llevan años irrumpiendo con fuerza en nuestras vidas, y, por ello, la sociedad debe adaptarse a las nuevas formas de relacionarse, para optimizar nuestra comunicación haciéndola cada día más efectiva.
Elijamos la más adecuada para cada empresa según el perfil de su público y hagamos un seguimiento ¡diario! Es un reto, pero es necesario lanzarse a ello. Si no puede, no sabe o no tiene tiempo busque un aliado adecuado en el que apoyarse. ¡Merece la pena!
(*) Beatriz de Andrés es directora general de Art Marketing.