La crisis sanitaria originada por la pandemia de coronavirus ha incitado a numerosos ciberdelincuentes a aprovechar la COVID-19 como cebo para obtener acceso a información de los usuarios. Las redes virtuales privadas o VPN garantizan una navegación segura, en cuanto a que minimizan el paso de los ‘hackers’ a nuestra Red.
Una VPN o red virtual privada se alza como garantía para navegar por internet. Permite al usuario conectarse al servidor de la compañía de telecomunicaciones con el que tiene contratada la conexión a Internet, y gracias a que crea una especie de túnel virtual, posibilita navegar con seguridad cada vez que éste se conecte a una wifi pública.
La navegación mediante una VPN también sirve de ayuda a la hora de frenar a aquellos ciberdelincuentes que aprovechan la crisis sanitaria para captar información de los usuarios mediante ataques de ‘phising’, aplicaciones con ‘malware’ o antivirus maliciosos. Como muestra de ello, el dato proporcionado por la Policía Nacional. Durante los meses más duros de la pandemia en nuestro país, se detectaron más de 12.000 webs que aprovechaban la temática del coronavirus para anunciar una falsa vacuna.
El empleo de una VPN podría minimizar estos ataques. La herramienta posibilita al usuario ocultar la dirección IP real y proteger los datos personales que se envíen durante la navegación. Además de navegar sin ver anuncios y evitando rastreadores y los ciberataques antes mencionados. Ello es posible gracias al cifrado extremo a extremo y a los paquetes IPv4 que impiden posibles filtraciones.
Sirvan de ejemplo los programas VPN de Surfshark, que utilizan el cifrado extremo a extremo AES-256-GCM y el protocolo IKEv2/IPsec, que garantizan una navegación sin filtraciones. La herramienta no monitoriza, rastrea ni almacena las actividades que se realizan en internet durante la conexión, y permite la conexión de varios dispositivos a la misma red virtual privada.
