¿Políticamente correcto o políticamente incorrecto?

¿Todo? Bueno, todavía queda algún rostro políticamente sonriente pegado a una valla, aún podemos encontrar un folleto aburrido entre los

¿Todo? Bueno, todavía queda algún rostro políticamente sonriente pegado a una valla, aún podemos encontrar un folleto aburrido entre los papeles de casa, siguen colgados los virales y antivirales que han recorrido la geografía internauta, todavía hay algún banner despistado. Así que, antes de que se pase definitivamente la resaca electoral, voy a hacer un ejercicio de memoria para analizar las campañas de comunicación realizadas por los dos principales partidos políticos.

Lo primero que recuerdo es el vídeo que el PSOE difundió utilizando imágenes de las pasadas elecciones norteamericanas. Por una parte aparecía el espíritu de entendimiento y progreso de Obama, por otra, una visión negativa y bélica ante los problemas. Era muy fácil entender con cuál se identificaba el voto socialista, dos visiones del mundo, frente a frente, que se extrapolaban claramente a la lucha entre PSOE-PP, Aguilar-Oreja, Zapatero-Rajoy. Desde ese momento la estrategia de comunicación del PSOE estuvo muy clara y definida: convertir la decisión de voto en una decisión que puede traer consigo cosas buenas o cosas malas, así de simple pero así de contundente y directo. Todo bajo un lema de marcado tono competitivo-deportivo-implicativo: Este partido se juega en Europa y en un segundo nivel Estás convocado.

A partir de aquel primer vídeo vinieron otros, cada uno con un mensaje igual de claro y directo, sin contemplaciones o medias tintas, directamente al grano. Recordemos el de los europeos y Lo importante no es lo que piensan, sino lo que votan, el de los pies sobre la mesa y Los que nos metieron en la crisis no van a sacarnos de ella o aquel de la mujer en el autobús y Para la derecha todo se reduce a que los trabajadores tienen demasiados derechos. Sin entrar a valorar o juzgar una estrategia de comunicación tan agresiva, hay que reconocer que el objetivo siempre ha sido alcanzado: generar ruido, repercusión mediática y decir en imágenes las cosas que suelen ser políticamente incorrectas en un debate cara a cara.

Personalmente me gusta y disfruto con esas peleas de comunicación que pocas veces se producen en el escenario publicitario y que han dejado memorables campañas como aquellos divertidos spots de Pepsi VS. Coke. Pues bien, mi gozo en un pozo porque cuando pensaba que la cosa iba a estar animada entre un PEPSI-PSOE y un PP-COKE, el Partido Popular parecía centrar su estrategia de comunicación en huir de este enfrentamiento y presentaba unos spots institucionales que basaban su concepto creativo en escuchar los problemas de la gente y ofrecer soluciones reales. Tanto en TV como en la campaña gráfica la gente expresaba una preocupación personal ante un incierto panorama social: Soy recién licenciada, ¿encontraré trabajo?, ¿Está la educación de mi hijo a nivel europeo? o Si no me pagan, cierro ¿y mis empleados? Todos, acompañados de cifras y datos que proporcionaban verisimilitud a esas preocupaciones. El eslogan de la campaña: Ahora soluciones, ahora PP presentaba a este partido como la opción más coherente y eficaz, un lema que ponía en la vista y oído del ciudadano lo que tanto desea ver y escuchar, pues eso, soluciones con mayúsculas.

Sin embargo, cuando pensaba que la fiesta sería algo descafeinada, fueron apareciendo unos vídeos oficiales (no cuentan los surrealistas e histriónicos vídeos que los devotos de uno y otro bando cuelgan en Youtube) que animaban el corral. Uno de ellos era una clara respuesta al de dos visiones del mundo, frente a frente que se titula Palabras frente a hechos, es decir, las palabras positivas y optimistas de Zapatero (con imagen del político incluida) frente a los hechos de la realidad (cifras de parados, número de empresas que cierran, etc.) y cerrando con una cartela que decía El mundo de ZP frente al mundo real. Otro vídeo mostraba de nuevo a Zapatero hablando en público al mismo tiempo que un marcador en el margen inferior iba sumando unidades a la cifra de cuatro millones y pico de parados: Cada minuto que pasa, seis personas van al paro. Ni un minuto más con Zapatero. Y como broche final, las nuevas generaciones del PP firman el spot más atrevido bajo el título de El Falcon Jet de Zapatero, una ironía audiovisual sobre la utilización de este aparato por parte de los responsables políticos del gobierno. ¡Más madera!
Pues hasta aquí un breve resumen de lo visto/oído y un escueto análisis de los resultados obtenidos: 23 escaños para el PP y 21 para el PSOE. ¿Habrán tenido algo que ver las campañas de comunicación?, ¿habrán influido en el voto de los indecisos?, ¿habrán influido en el voto de los convencidos? Seguro que sí, seguro que no, pero