Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, decía en el diario El Mundo que el sector de la televisión está en quiebra, a la vez que acusaba de la crisis a TVE por bajar, según él, las tarifas publicitarias un 40% y comprar productos un 40% más caros. El Ente público negaba estas afirmaciones a la vez que subrayaba que “demagogia es entrevistar en prime time a convictos o delincuentes y pagarles por ello”, aludiendo seguramente al reciente caso de Julián Muñoz y al no tan reciente de Luis Roldán.
Con la que está cayendo en el mundo de la publicidad hablar de rebajas de precios en la cuantía que sea no deja de ser un ejercicio de marear la perdiz. Cada cual hace lo que puede. Y más en un sector, como el de los medios, y especialmente en el de la televisión donde segundo que no vendas no lo vas a recuperar nunca, y el gasto ya está hecho.
Parece claro que Telecinco no acaba de encajar la pérdida de liderazgo en audiencia. Cada punto representa muchos millones de ingresos publicitarios. Probablemente ahí esté la madre del cordero. Donde no hay harina todo es mohina.
Manuel G. Carbajo (carbajo@ipmark.com)