La televisión corporativa es una televisión al servicio de la estrategia de comunicación de una marca o de una compañía. Una televisión en la que la empresa propietaria tiene el control de todo lo que se emite, es ella quien decide los contenidos y quien gestiona sus audiencias. Es una televisión en la que la publicidad se convierte en contenido. Una televisión que puede ser entendida y utilizada como apoyo a la estrategia de comunicación interna o como apoyo a la estrategia de comunicación de una determinada marca o gama de productos o servicios, entre otras aplicaciones.
Es una televisión, forzosamente, de micronicho, donde la compañía genera y emite programas destinados a entretener, asesorar y fomentar el conocimiento y el interés de un limitado pero muy afín número de espectadores hacia sus productos o servicios. Y es una televisión con costes muy limitados, para nada comparables a los canales convencionales, lo que, sumado a la afinidad de su audiencia, garantiza un retorno de la inversión (ROI) mucho más elevado que el de cualquier campaña en televisión convencional.
TV corporativa, ¿para quién?
Cualquier compañía puede poner en marcha su propia televisión. Sin embargo, identifico a continuación cuatro categorías de organizaciones que, por sus especiales características, son susceptibles en mayor medida de poner en marcha una televisión corporativa y explotarla con eficacia:
