La confianza absoluta y mutua en esta ya larga relación anunciante-creativo es la base de todo. Y tiene mucho mérito, en opinión de este publicista experto en la construcción de marcas. “De hecho, lo he visto en contadas ocasiones. La creatividad, les guste o no a algunos, tiene una parte de juego. Divertirse es crucial para mantener la motivación. Cuando el trabajo se convierte en algo mecánico, lo que lamentablemente sucede muchas veces, mal vas…La libertad es un acicate muy potente para un creativo. Aunque claro… trabajar así te deja sin excusas. ¡Si algo no sale bien, la culpa es toda mía!”.
En consecuencia, el grado de responsabilidad e implicación que tiene sobre el discurso de marca de Pikolin es tremendo. “Yo quiero dejar de ser publicitario todos los días”, bromea Villar, que en un momento de la conversación compara su trabajo de creativo con el de un minero. “Estás ahí, picando, picando y no encuentras nada. Hasta que, de repente, algo brilla: ¡has pillado una veta!».
Creo que en este tiempo hemos ido contando una historia muy bonita
Después de más de cinco años de itinerario común, Oriol Villar es una de las personas que tiene un conocimiento más profundo de esta marca tan longeva y querida por los españoles. Aun así, tiene la seguridad de que le quedan muchas más cosas por descubrir. “Creo que en este tiempo hemos ido contando una historia muy bonita. Una marca de colchones líder de mercado que, en vez de hablar de sus méritos empresariales, utiliza sus canales de comunicación para inspirar a la gente a vivir sus pasiones con ilusión…Todo un lujo”, resume antes de volver a la tarea. Llega la tarde y se reanuda el rodaje. Es el turno de Ginebra, la amazona.