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El PSOE ha intentado, sin éxito alguno, orientar la campaña hacia la etérea y lejana Europa para desviar la atención

El PSOE ha intentado, sin éxito alguno, orientar la campaña hacia la etérea y lejana Europa para desviar la atención de los graves problemas que aquejan a España. El PP, por su parte, ha centrado su estrategia en la nefasta coyuntura nacional.

La estrategia del PSOE. El PSOE repite la estrategia de dos vías de las elecciones generales del 9 de marzo que tan buenos resultados le dio en otras ocasiones:
La oficial, agresiva, provocadora, ideologizada y de confrontación basada en el método de la comparación y dedicada a atacar a la oposición y sus candidatos e invocar los fantasmas del pasado. Una estrategia de contenido superficial, fácil, vacua, pero agradable de oír y fácil de entender y vender. Sigue con sus coletillas vacías de contenido: progresismo, derechos sociales, solidaridad, gasto social, desarrollo sostenible, I+D+I, igualdad de género, etc. De ahí no se salen, porque su estrategia así lo requiere.

La paralela, de supuesta reacción espontánea en las redes sociales de Internet, de los envíos masivos de SMS