Meta suma una nueva infracción a la lista de multas recibidas por haber infringido el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). El Consejo de Protección de Datos (DPC) de Irlanda ha impuesto una sanción de 405 millones de euros por no solicitar el consentimiento libre e informado de los usuarios de Facebook e Instagram.
En concreto, el organismo ha fallado contra el argumento expresado por Meta para obtener el consentimiento de los usuarios con el fin de emplear sus datos y servir anuncios, basado en la llamada necesidad contractual, que permite a una empresa procesar datos siempre que esto resulte necesario para proporcionar el servicio, quedando por tanto definido en el contrato que firma la compañía con el usuario.
Aunque en un principio el regulador irlandés estaba de acuerdo en el argumento expresado por la firma estadounidense – y estimaba por tanto una multa de entre 26 y 36 millones de euros por falta de transparencia-, el pasado diciembre este desveló que en enero se presentaría una nueva sentencia que fallaría en contra de Meta. El regulador coincidía así con el resto de autoridades de protección de datos europeos, que rechazaban esta base legal y pedían multas más altas.
Finalmente, la sanción ha ascendido a los 405 millones de euros, a la que se sumará otra planteada por el mismo caso en WhatsApp, y a los cerca de 1.000 millones de euros que Meta ha pagado hasta ahora a la Unión Europea por violaciones del RGPD. Desde la compañía estadounidense han informado que recurrirán la sentencia.
Francia multa a Apple
En una tesitura similar se encuentra Apple, aunque en este caso la infracción solo atañe a los usuarios franceses. En Francia, el CNIL, la autoridad de protección de datos francesa, ha impuesto una multa de 8 millones de euros a la firma de la manzana mordida por no haber obtenido el consentimiento de los usuarios de iPhone franceses para el uso de sus aplicaciones.
El CNIL resuelve así la demanda impuesta por France Digitale, la entidad que representa a las startups francesas, al argumentar que Apple infringía el RGPD al monitorizar a los usuarios de iOS 14.6 dentro de sus propias apps sin solicitar el consentimiento.
Conscientes del problema, en 2021 la compañía que dirige Tim Cook empezó a recoger de forma proactiva el consentimiento de los usuarios en sus aplicaciones, aplicando el pop-up de consentimiento que muestra en el resto de aplicaciones, en aquellos dispositivos con iOS 15 y posterior, aunque no hizo lo propio con los dispositivos de anteriores versiones.