Debido al aumento de los precios, una realidad notoria por el 99% de los consumidores en los últimos meses y a raíz del período de inflación en la que muchos productos se han disparado hasta alcanzar costes elevados, más del 60% de los españoles se decantan por las marcas blancas para ahorrar y el 44% ha cambiado sus hábitos de consumo con la misma finalidad.
La subida estrepitosa del IPC en los precios de alimentación y bebidas, según el INE, dio paso a la demanda de productos de marcas blancas, también conocidas como marcas de distribuidor. Estos hechos marcados por la inflación han ocasionado una disminución en la compra de las marcas del fabricante y una apuesta por las marcas propias de los supermercados.
Estos datos parten del estudio de Appinio, plataforma global de investigación de mercados, en colaboración con IPMARK y el consultor de marketing Juan Viñas de JVST GROW que se realizó para analizar las marcas blancas como una alternativa para ir en contra del aumento de precios de los productos.
En esta línea, más del 50% de los consumidores españoles prefieren realizar las compras en supermercados cercanos a sus viviendas o lugares de trabajo. Y siguiendo el hilo conductor del estudio, la facilidad para encontrar un producto es determinante para decantarse por la compra del mismo. En este terreno, el 62% de los españoles acude a Mercadona, el 31% a Lidl y el 23% a Carrefour.
No obstante, en lo referente a la subida de precios, un 34% de los españoles compra productos de menor precio y el 82% de la población se ha dado cuenta del aumento disparatado de los alimentos y las bebidas. En este aspecto, sólo el 40% de los consumidores compra marcas convencionales.
Productos de marca blanca más consumidos
En base a los productos que entran habitualmente dentro de las cestas de la compra, el 50% opta por la leche, otro 50% consume pasta y un 49% de los encuestados compra arroz. Estos productos son los escogidos por la mayoría de la población española para realizar una compra con marcas propias de los supermercados. No obstante, en productos como los refrescos, el aceite de oliva y los derivados de la carne o embutidos, los consumidores prefieren optar por las marcas convencionales.
En este escenario, el 82% opta por las marcas blancas por ahorrarse en costes debido a que las marcas blancas tienen precios más bajos y el 30% por la facilidad para encontrar los productos. Sin embargo, el estudio avala a que si los precios bajaran en los próximos 12 meses, casi el 60% de los españoles se plantearía volver a comprar artículos de marcas reconocidas.
Por otro lado, respecto al futuro de estas marcas, el 46% no cree que las marcas blancas reemplacen a las marcas de fabricante en un futuro, y seguirán coexistiendo como hasta ahora para dar variedad a los consumidores. Además, más del 65% de los encuestados no dejará de consumir este tipo de productos a largo plazo.
En lo referente a las marcas que no deben desaparecer nunca, Coca-Cola es avalada por un 42% de la población, Danone presenta un 10% y Pastas Gallo un 6%, al ser marcas muy valoradas por los consumidores. En otro orden de cosas, los valores destacados son la buena reputación, los altos niveles de satisfacción y experiencia.
Finalmente, el 55% de los españoles dejarían de comprar marcas blancas y volverían a apostar por las de fabricante si ofrecieran productos con ofertas como el 2×1 o la segunda unidad al 50%. Otra palanca de cambio valorada por más del 35% de los consumidores, es que ofrezcan muestras gratuitas de productos para su prueba y testeo. Todo ello sin olvidarse de las certificaciones de calidad, que desarrollen productos funcionales (bajos en sal o sin gluten) y que tengan ingredientes novedosos.