El marketing de influencers crece con fuerza en nuestro país. Se estima que el peso del canal en los presupuestos de marketing alcanzará entre el 20% y el 50% en 2026, cifra que supera la media europea, ubicada entre el 20% y el 35%.
Son datos del último informe de Kolsquare, ‘Kolsquare Budget Report 2025’, realizado a partir del análisis de datos reales de campañas desarrolladas durante el último año, y que revela cómo las empresas están reconfigurando sus presupuestos para priorizar la colaboración con creadores de contenido.
En palabras de Ana Moyano, marketing strategist de Kolsquare, “las marcas que integran herramientas tecnológicas y análisis de datos en sus campañas de influencia logran mejores resultados y mayor eficiencia presupuestaria. La clave está en medir, optimizar y escalar”.
Mientras que en mercados como Alemania o los países nórdicos el marketing de influencia sigue siendo una táctica complementaria, España se posiciona como uno de los países más avanzados en su integración estratégica. Sectores como belleza, moda y alimentación destacan por el uso de colaboraciones que equilibran autenticidad y retorno.
“En España estamos viendo cómo las marcas apuestan por campañas con creadores no solo para generar notoriedad, sino para activar ventas y construir comunidades”, apunta Moyano. “El marketing de influencia se ha profesionalizado y ahora forma parte del core estratégico de muchas compañías”.
Palanca de branding y performance
El informe destaca el auge del enfoque “brand-formance”, una estrategia híbrida que combina construcción de marca y conversión directa. Las marcas ya no se conforman con indicadores de visibilidad o notoriedad, sino que buscan impacto medible en ventas, fidelización y crecimiento sostenido.
Este modelo integra el marketing de influencia en los programas de afiliación, los funnels de adquisición y el comercio social, apoyándose en herramientas como la Campaign Matrix y la Budget Allocation Table para optimizar cada inversión. En España, esta tendencia se acelera gracias a la creciente profesionalización del sector y al uso de tecnologías de medición avanzadas.
En cuanto a la distribución de la inversión, se ha detectado que entre el 50% y el 60% de la partida se dedica al talento y a la activación de campañas, quedando entre el 15% y el 25% a la estrategia de amplificación de campaña mediante anuncios en redes sociales. El resto se invierte en tecnología y herramientas analíticas que permiten escalar y medir el impacto.
Campañas más sofisticadas y presupuestos al alza
El coste de las campañas de marketing de influencia ha aumentado en los últimos meses, impulsado por varios factores. En primer lugar, las marcas demandan contenidos más elaborados y con calidad equiparable a la publicidad tradicional, lo que eleva los costes de producción y edición.
Además, se observa una clara preferencia por colaboraciones a largo plazo, que aportan coherencia y confianza, pero requieren contratos más complejos y planificación multicanal. El cumplimiento normativo en materia de transparencia publicitaria y el uso intensivo de datos para medir el rendimiento en tiempo real también contribuyen al incremento presupuestario.
Estos elementos han convertido el influencer marketing en un canal más profesional y exigente, donde cada euro invertido debe justificarse con resultados concretos, concluyen.