Ofrecer un contenido de valor se ha vuelto casi obligatorio para las empresas que quieren brindar el mejor servicio a sus clientes. La razón parece simple: los consumidores no se conforman con saber de la existencia de un producto o servicio, sino que investigan a una marca o empresa antes de realizar una compra, y esto, irremediablemente, tiene un impacto en las ventas. Pero si un cliente, ya ha depositado su confianza en una marca o empresa, el objetivo es diferente, hablamos de fidelizarles.
En este contexto, la fidelización de clientes cobra especial relevancia el marketing de contenidos. Su objetivo no es otro que atraer clientes de una forma menos invasiva y mucho más amena e interesante a través de experiencias personalizadas. Es decir, se crea un contenido valioso y atractivo para los consumidores, lo que les invita a participar activamente de él.
Así, existen diferentes estrategias de fidelización que funcionarán mejor en función del tipo de negocio y del sector al que pertenezca. Entre ellas, una de las más habituales y eficaces son los programas de fidelización. Especialmente pensados para clientes, una de las claves para potenciar la relación entre marca y clientes es ofrecerles contenido relevante, que resulte de su interés, pero que funcione dentro de la estrategia de marketing de la compañía. Esto permitirá aumentar el valor medio de tiempo de vida del cliente, su satisfacción y, por supuesto, su recomendación.
Sin embargo, antes de poner en marcha un programa de fidelización es vital definir y desarrollar un storytelling que le dé sentido. A partir de ahí, la marca debe generar contenido propio, de forma periódica, de manera que sus miembros busquen acceder a ello de forma proactiva. Y por supuesto, resulta fundamental la creación de planes de fidelización personalizados en función del perfil del cliente, porque no todos son iguales. Pero ¿qué debe tenerse en cuenta en el momento de crear un programa de fidelización?
Claves para crear un programa de fidelización
Definición del objetivo del programa. Como cualquier estrategia, es necesario partir de un objetivo concreto que serán la base para aplicar el resto de las acciones que se desarrollen internamente.
Establece los diferentes públicos objetivos. Es fundamental saber a quién se dirige una acción y cuáles son las preferencias de esa audiencia. Analizar las características demográficas del consumidor como su edad, profesión, sus necesidades, sus gustos o nivel de estudios ayudará a conocer mejor al target y, por tanto, la marca podrá poner en marcha diferentes acciones de marketing de contenido por el canal más adecuado como, por ejemplo, newsletters.
Planifica el contenido. Irremediablemente llega el momento más importante, el de planificar el contenido, definir la línea editorial, el tono y los canales de comunicación para llegar a tu audiencia. En este sentido, se puede apostar por formatos diferentes como vídeos, artículos de blogs o comunicaciones personalizadas.
Durante el proceso de creación de contenidos es importante tener en cuenta aspectos como la originalidad en los textos, ya que así se conseguirá despertar el interés de la audiencia.
Sin embargo, el marketing de contenidos va mucho más allá de publicar simplemente contenido. No se debe olvidar hacer seguimiento de la estrategia y controlar el alcance que ha tenido el contenido con las herramientas adecuadas para saber sí estamos en el camino correcto o es necesario aplicar cambios.